La Audiencia Nacional retoma este lunes el juicio al mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, tras el parón por la COVID-19, que lo dejó "congelado" en su recta final, justo cuando el fiscal iba a anunciar la esperada rebaja de su acusación por rebelión presumiblemente a la de sedición, en línea con la sentencia del procés.
En esa fase, la de conclusiones, se reanudará este lunes en la Audiencia Nacional la vista oral, que Trapero y los otros tres acusados -todos vinculados a la excúpula de Interior catalana y de los Mossos d'Esquadra- podrán seguir junto a sus abogados por videoconferencia desde un juzgado de Barcelona para no tener que desplazarse a Madrid con el estado de alarma aún en vigor.
Tras elevar el lunes el teniente fiscal de la Audiencia Nacional Miguel Ángel Carballo sus conclusiones provisionales a definitivas, en lo que, según fuentes de este tribunal, será una breve sesión, el juicio por la actuación de los Mossos en el referéndum del 1-O y durante el cerco a la Consellería de Economía el 20 de septiembre de 2017 se prolongará tres días más.
El 15 de junio, la Sala lo ha reservado para las conclusiones definitivas de las defensas, que reclaman la absolución, y para la exposición de los informes por parte del Ministerio Público.
Los días 16 y 17 será el turno de los informes de las defensas y la oportunidad para los acusados de hacer uso de la última palabra antes de que el juicio quede visto para sentencia, cinco meses después de su inicio.
Poco antes de que se acordara suspenderlo por la crisis sanitaria, "El Mundo" informó de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional, a propuesta de la nueva fiscal general del Estado, Dolores Delgado, al retirar el delito de rebelión y dejarlo en sedición, iba a plantear también como alternativa al tribunal poderles condenar por uno más leve de desobediencia de no ver probada la sedición.
Ese delito no conlleva penas de cárcel, tan sólo multa e inhabilitación especial, lo que en todo caso supondría la expulsión de Trapero de los Mossos d'Esquadra.
La modificación de la petición fiscal para el mayor se hará extensible a los otros dos acusados de rebelión y que, al igual que Trapero, se enfrentan a 11 años de cárcel: el ex director de los Mossos Pere Soler y el ex secretario general de Interior César Puig -segundo del exconseller Joaquim Forn, condenado a 10 años y medio por sedición-.
La cuarta acusada, la intendente de los Mossos Teresa Laplana, que se enfrenta a 4 años de prisión por sedición, podría beneficiarse también de la alternativa del delito de desobediencia.
Por el delito de sedición, de ser considerados autores los principales acusados, serían condenados a penas similares a la de los 11 años que se les reclama por el de rebelión.
Sin embargo, de ser considerados cooperadores necesarios para la sedición, las penas se reducirían, como en el caso de Laplana, a los 4 años de cárcel que pide para ella la Fiscalía.
El Supremo ya condenó por ese delito a tres de los acusados en el procés: los exconsellers Santiago Vila, Meritxell Borrás y Carles Mundó, a los que impuso un año y ocho meses de inhabilitación y multa de 60.000 euros.
Antes del juicio y al inicio de la vista oral, la defensa de Trapero emplazó a la Fiscalía a rebajar su acusación, al entender que, a la luz de la sentencia del TS, "resulta imposible" calificar lo sucedido de rebelión cuando los mandos de la policía catalana imputados "estarían participando en el plan ideado por los procesados condenados por un delito de sedición".
En respuesta a esta petición, el primer día de juicio, que comenzó el 20 de enero y estaba previsto finalizara el 19 de marzo, el fiscal Miguel Ángel Carballo anunció que en el "momento oportuno" consideraría "la conveniencia de calibrar la acusación" por rebelión a la luz de la sentencia del TS. Ese momento llegará finalmente este lunes.