Un Rubalcaba sonriente ha dicho adiós a sus tareas gubernamentales un día antes de ser proclamado, aclamado y bendecido por el PSOE como su esperanza para intentar plantar batalla a Mariano Rajoy, cuyas huestes terminaron de vender la piel del oso con las elecciones municipales y autonómicas del pasado 22 de mayo.
El sucesor de Zapatero, el candidato "natural" -según el líder socialista- se niega a aceptar los datos de las encuestas, quiere que los socialistas se crean que no todo está perdido, que tengan ganas de ganar, se va a dedicar en cuerpo y alma a intentarlo y, por ello, ha considerado que era hora de abandonar su particular pluriempleo.
Se antoja que será la última ocasión en que el presidente del Gobierno tendrá oportunidad de dar trabajo como ministro a alguno de sus fieles. O de cargar nuevas responsabilidades a algunos de los que ostentan ya esta condición.
El caso es que no faltan las quinielas en las que se citan hasta tres nombres distintos para repartirse los cargos de vicepresidente primero, de portavoz del Gobierno y de ministro del Interior.
¿Tres personas para sustituirle? Sería todo un halago para quien quiere que sus compañeros le llamen Alfredo pero estrena página web con su apellido como marca: "Rubalcaba. Escuchar, hacer explicar".
Camino de su sesenta cumpleaños, el que de forma inmediata será tres veces ex va a confirmar que, en política, es posible que los abuelos sucedan a los nietos, y recordando su pasado juvenil de atleta se dispone a una carrera de varios meses (¿cuatro? ¿ocho?) aunque su especialidad era la de velocista.
Va a ser también hora para la bicefalia y para que el PSOE intente demostrar que, a diferencia de experiencias pasadas, es posible la cohabitación entre un líder y un candidato.
Rubalcaba no anunciará ya el fin de ETA como ministro del Interior, pero está convencido de que se han dado pasos decisivos para ello y estaría encantado de que ese placer se lo diera su inmediato sucesor como máximo responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Fue tajante en su respuesta a Felipe González cuando hace unos días le recomendó abandonar ya sus responsabilidades en el Gobierno, pero ha acabado haciendo lo que le aconsejaba.
Y ahora va a tener la oportunidad de ser él, como avanzaba en una reciente entrevista, y de plantear cuestiones que siempre había tenido en la cabeza pero que no habían visto la luz.
Mañana, en su acto de proclamación pueden conocerse algunas de ellas. De gran calado, si se atiende a las expectativas que Zapatero ha generado en torno a esa intervención de su sucesor al vaticinar que habrá un antes y un después de escuchar a Rubalcaba.
Lo que es seguro es que para él empezará otra etapa. El que va a ser ex ministro de Educación, ex ministro de la Presidencia y portavoz del Gobierno, ex portavoz parlamentario del PSOE, ex ministro del Interior y ex vicepresidente primero inicia una nueva vida. Será la sexta con su partido en el Gobierno. Aún guarda una en la manga.