El máximo representante de la ONU en Haití, Edmond Mulet, reclamó ayer a la comunidad internacional hacer un “examen de conciencia” del trabajo realizado en este país durante los últimos decenios.

“Si somos honestos –dijo– hay poco sobre el terreno de lo que sentirse orgulloso”. Acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, Mulet hizo un llamamiento a cambiar la forma de trabajar y a que todos los actores de la cooperación en el país caribeño, fundamentalmente Estados Unidos, la UE y la ONU, mantengan su esfuerzo durante “mucho tiempo”.

Al término de la reunión informal de ministros de la Unión Europea sobre Cooperación, Mulet describió la actual situación haitiana como “muy cruda y muy triste”.