El fútbol siempre se las cobra, solo es cuestión de tiempo y de aguardar pacientemente la oportunidad de devolver. De cobrarselo. Es lo que le ha pasado a Carlos Neva, el portuense enrolado en el impresionante Granada CF que está sorprendiendo a propios y extraños. Aquel jugador despreciado por el Real Madrid y salido de la cantera del Racing Club Portuense, ha sabido jugar sus cartas con maestría.
El tiempo, como decimos, sabe -no siempre bien entendido- marcar sus plazos. El temporadon de Neva no debe sorprender al que ha apostado desde su juventud a la formación y a la disciplina de seguir trabajando a pesar de los pesares.
El tener que dejar su casa, su confort y su familia le valió para madurar como persona y como profesional. Decir que nadie le ha regalado nada puede sonar a frase manida y hecha; él tiene las virtudes del que es y de lo que quiso ser, demostrando con su tesón y calidad que ha llegado -hasta ahora- a brillar en este portentoso Granada, aquel que le abrió las puertas como hacen los nazaríes y a formar parte de un proyecto ilusionante y de futuro.
Carlos Neva vive su mejor momento por lo que es, que el Granada sea semifinalista de Copa confirma que los caminos entrelazados han dado con personas como él. Él no se va a conformar con todo lo conseguido, seguirá y seguirá. Esto es el comienzo. Ha llegado, ha conseguido lo difícil, confirmando, ahora a todos, lo que ya aquí ya barruntaba.
El camino está todavía por hacer, que cabe duda, pero hoy volvemos a alegrarnos de los triunfos y de las alegrías de un portuense que supo que el tiempo pone a cada uno en su sitio, por más que le negaran el pan y la sal en la Capital del Reino.
El fútbol se las cobra y Carlitos Neva, en su grandeza, sueña a lo grande y nos hace soñar con él y con todos sus proyectos.
