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El Puerto

“Esto no lo tiene que pagar la ciudad”

Los ciudadanos reprueban la imagen asquerosa que se está dando de la ciudad con una huelga que no comparten

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  • Imagen del hotel PuertoBahía. -

La huelga de basura, o mejor dicho, la situación que de ella se empieza a dar, se comienza a enquistar. Los días pasan y la imagen deplorable se incrementa sin remisión, ofreciendo una estampa dantesca con la que los ciudadanos se encuentran a pie de calle, siendo desoladora y lamentable. Cientos y cientos de bolsas de basura que inundan El Puerto en este quinto día de huelga donde cada vez se deja más patente que el problema no tiene visos de mejora ni de un entendimiento. Y lo que es más dramático, que lo peor está por llegar.

Sin solución a corto plazo, la posición de presión la ejerce la empresa FCC, que bajo el control del comité de empresa, se mantiene firme en que sus reivindicaciones sean no solo escuchadas, sino aceptadas. Las mejoras salariales y sus beneficios vacacionales tienen a la ciudad en vilo que es la que finalmente está padeciendo la falta de acuerdo.

Precisamente es el que se desea y se produzca para poner fin a esta situación deplorable con bolsas de basuras por todas partes, sin que ni los anunciados servicios mínimos estén rebajando los kilos de residuos que por las calles son visibles.

El Ayuntamiento se mantiene firme y se reafirma en lo ya anunciado: las mejoras, de hacerse efectivas, necesitaría de la elaboración de un nuevo pliego que lo recogiese, cuestión indispensable que tendría que pasar por la aprobación de un Pleno y con el respaldo de todos los partidos políticos.

Ni que decir tiene, que el alcalde David De la Encina ya ha repetido en no pocas ocasiones que todo este problema es un asunto privado (empresa-comité), que en la actualidad se está al día con la empresa concesionaria de limpieza (FCC) -1,4 millones mensuales- y que las demandas no podrían ser asumidas en la actualidad.

De entre las demandas que reclaman los trabajadores están la reducción de jornada de 37,5 a 35 horas semanales, la subida de los salarios al IPC (ya se subió el año pasado un 5,4%) y que las vacaciones se contabilicen como 22 días laborales y sean tomadas en verano.

Tras cinco días ya de huelga indefinida, los que empiezan a mostrar sus iras y su desaprobación general es la población, que ni entiende que no se ponga coto a una situación que se repite cíclicamente ni que se permita dar la imagen actual con calles inundadas de basura.

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