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El Gallinero

Macario, el inmigrante que fue rey Baltasar y revoluciona el carnaval

El carnaval de Cádiz tiene un lenguaje universal que traspasa fronteras y un humor que cautivó hace más de doce años a Macario, un senegalés que llegó en patera

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  • matar macario -
  • Desde su llegada a España ha sentido una gran afición por las chirigotas y el Carnaval de Cádiiz

El carnaval de Cádiz tiene un lenguaje universal que traspasa fronteras y un humor que cautivó hace más de doce años a Matar Macario, un senegalés que llegó en patera y que ha pasado de encarnar al rey Baltasar de su localidad a convertirse en toda una revolución en el Gran Teatro Falla.
Hay carnavales en el mundo, pero que Dios me perdone y que toda España me perdone, pero como mi 'Cai' no hay nada
El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) es la gran ilusión de Macario, que ha explicado en una entrevista con Efe que desde que descubrió este certamen "siempre había querido acudir como espectador", lo que ha podido cumplir por primera vez este año el día que participaba la chirigota "No te quemes todavía", hecho que celebró con bailes desde el gallinero causando toda una revolución para el carnaval.

La chirigota de Antonio Álvarez "Bizcocho" recrea el viaje de los inmigrantes africanos que llegan a las costas de España y deben ganarse la vida con la venta ambulante en la playa, una situación que Macario ha reconocido como propia, ya que tanto él como sus amigos y compañeros de patera estuvieron varios años "vendiendo de todo" para ganarse la vida y "poder pagar los impuestos".

"La chirigota del Bizcocho cuenta la historia de todas las personas que han llegado a España en patera, esa chirigota cuenta mi historia, lo que yo he vivido", ha expresado emocionado Macario, que tras esta actuación conoció a los integrantes de "No te quemes todavía", que lo invitaron a participar con ellos en las tablas del Gran Teatro Falla en su actuación de la fase de cuartos de final.

Macario ha señalado que esta experiencia ha sido "como un sueño" que ni siquiera se atrevía a soñar y que por eso al llegar al escenario estaba "atacado", pero ha reconocido que cuando empezó a bailar se relajó, ya que "todo el Falla se levantó a aplaudir" y a cantar su nombre, una reacción que el senegalés no esperaba, porque afirma ser "un inmigrante más".

La historia de la nueva vida de este profesor de bachata y kizomba, que reside con su familia en el núcleo de Torre del Mar, en Vélez-Málaga (Málaga), comenzó en 2006 cuando Macario se embarcó junto a otras 111 personas en una patera "buscando un futuro mejor", un viaje de once días que pagó su hermano, que hizo un gran sacrifico por traerlo al país.

Ha enfatizado que España le dio una nueva oportunidad y que desde que bajó de la patera se ha introducido "en el mundo de la salsa, bachata y kizomba", haciendo del baile y la animación su profesión tras muchos años de práctica con otros profesores, mientras él ganaba sus ingresos vendiendo en la calle.

Desde su llegada a España, Macario ha sentido una gran afición por las chirigotas y el Carnaval de Cádiz, ya que le encanta "el chiste, el humor que se lanzan los unos a los otros", una pasión que le ha llevado a pasar mucho tiempo documentándose hasta ver "todas las chirigotas desde el año 1980 hasta ahora" para así poder entender "todos los chistes que se le hacen a los grandes maestros".

Macario ha reconocido que "los gaditanos hacen que el mundo participe de ese gran disfrute: hacen reír, hacen llorar, dicen la verdad pero entre bromas, pero te lo dicen a la cara", y además ha confesado que él no canta las coplas, sino que las baila por "el ritmo que dan los cantantes" y los músicos de las agrupaciones.

"Hay carnavales en el mundo, pero que Dios me perdone y que toda España me perdone, pero como mi 'Cai' no hay nada", ha sentenciado Macario, que este 2018 solo pide como último deseo que su hijo de tres meses Bay Modu sea tan "chirigotero" como él. 

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