“A falta de paraíso” ya tenemos religión. Aragón hace plegar a sus pecadores con un credo que seduce a seguidores incrédulos que sucumben ante letras que te invitan a meditar y a la fe, a creer sin más. La anarquía encuentra en un modo de vida por el que el gobierno te coarta.
Emboba y desata pasiones a partes iguales. Poesía en estado con el penar del gaditano que debe peregrinar ante su angustioso futuro. “Cantando en la Caleta ya no aguanta el temporal”.
Santiguándose y con una gestación memorable de variedad acaba un popurrí adictivo.