El todopoderoso, el ojo que todo lo ve, el que ilumina con su faro inunda con un tipo cuanto menos impactante y original. Los Majaras vuelven al Concurso, ¿se fueron alguna vez? La moralidad norteamericana con la facilidad de comprar un arma ante un negocio más que evidente cantan en su primer pasodoble.
La boda de una muñeca, el casamiento de una niña, entona en el segundo pasodoble el aplauso generalizado. Con dos cuplés made in comparsa, enganchan un popurrí en una oda a Cádiz con una actuación que acabó en pie a peticion de Pedro.
