Ya se sabe que tanto en la vida como en el fútbol, uno no debe conformarse con lo mínimo exigible si tiene capacidad y posibilidad de lograr metas mayores si sus recursos así lo demandan.
Hacía referencia Velázquez en rueda de prensa al término que en su día acuñara Lopera después de su primer descenso con el Betis; de que al club verdiblanco se le presuponía como el Real Madrid de la Segunda División española por presupuesto, plantilla y masa social, en la comparativa inevitable del resto de equipos que militan en la categoría de plata.
Una idea que ejemplifica la dimensión de una institución necesitada de regresar a Primera y volver a recuperar su ‘status quo’ en la élite. Pero el mensaje del técnico salmantino (inmerso en cierta ironía al utilizar el concepto) no logra calar en el beticismo que este domingo, dedicó una sonora pitada acompañada del cántico “¡Velázquez vete ya!”, en absoluta disconformidad con la labor del entrenador.
Pese a mejorar en la faceta defensiva donde ha conseguido que el cuadro heliopolitano no reciba goles, Velázquez no ha otorgado todavía de un patrón de juego identificable a su equipo y los últimos resultados ante dos rivales en la lucha por el ascenso han sido decepcionantes y colocan a los verdiblancos a día de hoy en séptimo lugar de la tabla, fuera con 14 puntos; fuera de la zona noble de la Liga.
El ‘Madrid’ de Segunda debe demostrar de una vez por todas su supremacía y no depender únicamente del acierto de Rubén Castro.
