Amén del resultado final que Sevilla y Betis depararon en el terreno de juego, la fiesta del fútbol sevillano se vivió desde la misma mañana del partido en Heliópolis y en Nervión.
Ambas aficiones se concentraron en sus respectivos estadios. 15.000 béticos abarrotaron las gradas de Preferencia y Voladizo en el Benito Villamarín mientras la plantilla del primer equipo realizaba una sesión de entrenamiento liviana en la que primó sobre todo el ambiente que registró la ‘marea verde’ que agradecieron jugadores y técnicos del cuadro verdiblanco. El gesto cómplice lo realizarían al acabar el ejercicio con un lanzamiento de balones especiales a las zonas en la que la afición estuvo instalada.
Y si media ciudad se cubrió con los colores de las trece barras, el Sánchez Pizjuán también se vistó de gala para alentar a su equipo y darle alas de cara al compromiso tan importante que se avecinaba en la noche de ayer. La afición sevillista sabía de la necesidad de sus futbolistas en cuanto a motivación y lo que representaba un derbi en el que siempre se disputaban más que tres puntos y por ello, más de 10.000 almas rojiblancas se dieron cita en la tribuna del Banco de Pista, Tribuna Baja y parte de la zona de Voladizo.
Si los béticos y sevillistas de a pie (salvo contadas y lamentables excepciones) demostraron un auténtico ‘fair play’ a lo largo del día, las directivas de ambas entidades supieron dar ejemplo y estar a la altura de las circunstancias en todo momento. Las excelentes relaciones institucionales que sendos clubes conservan desde hace ya algunos años, se volvieron a evidenciar en la comida que mantenieron los consejos de administración de las dos instituciones en la víspera del ansiado partido.
El presidente del Sevilla, José María del Nido ejerció de anfitrión en el antepalco del Pizjuán junto a su homólogo en la presidencia del Betis, Miguel Guillén, y con la ilustre presencia del alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido como invitado estelar.
En el acto, la comitiva sevillista estuvo integrada en suma por el vicepresidente José Castro, los consejeros ManuelVizcaíno, Monchi, Piedad Parejo, José María Manzano, José María del Nido Carrasco, el secretario del Consejo de Administración, Óscar Cisneros, y Juan Luis Villanueva, adjunto al Consejo. Por parte del Betis, hicieron acto de presencia también el vicepresidente, Pablo Gómez Falcón y los consejeros Fernando Criado, Antonio José Sánchez Pino, José Antonio Bosch, Fernando Casas, Isabel Simó, Manuel Domínguez Platas y Santiago Pozas.
En similar tónica y en representación de las peñas, la Federación de Peñas de Sevilla y Betis organizaron su particular almuerzo de concordia en la sede rojiblanca, interna en el propio feudo nervionense. El máximo dirigente de las federaciones sevillista y bética, Ramón Somalo y Juan de Dios Álvarez comandaron cada una de las asociaciones convocadas.
Pero sin lugar a dudas, el mayor protagonismo por todo lo que había acontecido a raíz de los sucesos acaecidos en la pre-temporada y que desembocaron en una lucha de poderes contra Del Nido; fue la vuelta de los Biris a Gol Norte. Las partes, en su medida, cedieron finalmente; y el grupo ultra pudo acceder a la grada del Ramón Sánchez Pizjuán que llenaría de más colorido la congregación sevillista que acudió al encuentro. Los Supporters, en el bando bético, asistieron desde la zona actoada para tal efecto en Nervión sin registrar ningún altercado de singular relevancia.
El espectáculo entre dos aficiones tiñó una vez más de verde y rojo una rivalidad deportiva en 90 minutos y una amistad a lo largo del año.