El Juventut saldó con victoria su visita a Fuenlabrada (80-82) en un encuentro en el que los dos equipos fueron muy irregulares en su juego y anotación, de forma que se llegó a los últimos minutos con un marcador igualado que se decidió desde la línea de libres.
Éste era el encuentro de las rachas y alguna se iba a romper. Los locales no habían conseguido la victoria en casa aún, y el Juventut no había vencido aún lejos de la suya, pero además el encuentro se desarrolló a base de arreones de ambos equipos en donde los catalanes fueron los que salieron beneficiados.
El Juventut salió con fuerza y endosó un 0-9 en tres minutos que se convirtió en 2-14 a los cinco. Porfirio Fisac tuvo que mover mucho el banquillo y sólo consiguió mejorar su nivel con Sergio Sánchez en la dirección y Feldeine lanzando desde el exterior.
En el segundo periodo, era el turno de los locales. Consiguieron un parcial de 16-2 que les permitió colocarse arriba en el marcador, aunque su mala defensa al borde del descanso hizo que el Juventud endosara un nuevo 2-13 para volver a estar arriba con una ventaja cómoda en el marcador aunque no definitiva (35-41 al descanso). Fisher en la dirección y anotación y Kumiz en el juego interior estaban siendo muy superiores.
El dominio visitante continuó al regreso del vestuario. El Fuenlabrada seguía sin sentirse agusto sobre la pista, pese a jugar en casa. Le costaba mucho anotar, y no lo conseguía fácil ni desde fuera, su punto fuerte, ni desde dentro, con un Sené que coge rebotes pero con muchos problemas para defender y anotar.
El Fuenlabrada sumó un nuevo parcial en contra, 3-12, que dejaba el marcador 45-58 a 2:16 para el final del tercer cuarto, algo que parecía definitivo visto el juego naranja.
Pero en el último cuarto los locales sacaron pundonor, se repusieron sobre todo por los ánimos de su público y endosaron un 14-3 que dejaba el marcador en 68-70 a falta de cuatro minutos. Pero no culminaron la remontada.
En los últimos minutos, con el marcador muy parejo, se prodigaron las faltas y los lanzamientos desde la línea de libres, aunque de poco sirvió a los locales puesto que en este ir y venir la fortuna terminó por sonreír a los visitantes.