Nueve victorias y un empate en diez partidos. La victoria del Barça ante el Celta (3-1) permite al equipo de Tito Vilanova firmar su mejor arranque liguero, en un partido en el que los locales fueron de más a menos y en el que Leo Messi se quedó sin marcar un gol para brindárselo a su hijo, Thiago.
Hasta ahora, la mejor marca databa de la temporada 1997-98. Entonces el entrenador era Louis van Gaal, ahora Vilanova, en su primera temporada, ha batido el registro, justo cuando al inicio del ejercicio aseguró que perdería todas las comparaciones con su predecesor, con Pep Guardiola.
El Barça cimentó su triunfo en el fútbol desplegado en el primer tiempo, cuando ofreció lo mejor y demostró que si la densidad de talento es tan elevada, es imposible no jugar bien al fútbol.
Así lo entendió de salida Tito Vilanova, que puso un centro de campo con Xavi, Iniesta, Cesc. Messi, Villa y Pedro jugaron por delante, Busquets actuó de falso central y el Barcelona fue un vendaval de fútbol.
La actuación de los azulgrana solo tuvo un pero. Una defensa inicial con tres jugadores (Adriano, Mascherano, Alba), a la que Busquets ayudaba, pero que sufría en las jugadas a la contra.
Fue el primer partido de Leo Messi como padre. El argentino abandonó el hospital donde anoche nació su hijo Thiago y jugó de inicio. Al astro mundial, que se le vio con prisas por marcar un gol y dedicárselo a su retoño, hasta lució unas botas con la inscripción del bebé.
Enfrente el Celta, un equipo piropeado por Vilanova, entrenado por Paco Herrera, quien había dirigido técnicamente a Tito en el Badajoz. Un fútbol directo, basado en el contragolpe y que puso en aprietos a la circunstancial defensa local.
Empezó el Barça con una defensa de tres, pero su equipo estaba desequilibrado. Vilanova rectificó al cuarto de hora, aunque visto el planteamiento del partido, los azulgrana estaban dispuestos a desequilibrar desde el ataque.
Un exquisito Iniesta dirigió las operaciones desde el inicio. La movilidad de Cesc y las entradas desde la segunda línea, el apoyo de Adriano y de Alba desde los carriles exteriores, las percusiones de Villa, el mejor del partido, y de Pedro, la dirección de Xavi y la omnipotente presencia de Messi.
Enfrente también Javi Varas, el meta del Celta, cuya última aparición en el Camp Nou siendo portero del Sevilla aún se recuerda en el coliseo azulgrana. Entonces Vara lo paró todo, hasta un penalti en el tiempo añadido a Messi. Fue en octubre de 2011, la última vez que los azulgrana no marcaron en casa.
Varas, pero también Iago Aspas. El delantero creó sensación de peligro ante la dubitativa defensa del Barça, que sufrió siempre a la contra. Valdés, en una gran acción evitó el primer tanto de los gallegos (m.19).
Antes Iniesta (m.11) y Messi (m.18) habían cercado la meta del Celta. El 1-0 llegó en una jugada iniciada por Adriano y finalizada por el defensa brasileño previo centro de Pedro. Sin respiro, empató el equipo de Paco Herrera, en una acción a la contra remachada por Bermejo tres minutos después (m.24).
La obra de arte que firmaron entre Iniesta y Villa fue lo mejor del partido. El manchego combinó con el asturiano, éste le devolvió de tacón, Iniesta llegó hasta la línea de fondo y Villa remató el pase de la muerte (2-1).
Antes del descanso, Messi pudo decidir el partido. Se encontró con un regalo defensivo, pero no concretó ante Javi Varas, se recreó en la jugada y después no pudo decidir.
Vilanova rehizo su equipo en el vestuario. Dejó a Cesc fuera y puso a Bartra y el Barça se equilibró, pero ya no tenía tanta chispa en la creación. Aspas volvió a tener otra jugada a la contra, ahora tras superar a Mascherano, pero su remate salió desviado.
Una falta lanzada por Messi fue lo poco ofrecido por los catalanes antes del 3-1. El Celta creía cada vez más en su fútbol, pero marcó el Barça en un claro fuera de juego. Jordi Alba recibió una asistencia de Villa estando más adelantado que la defensa, regateó a Varas y consiguió su tercer gol en cuatro partidos.
Messi buscó su gol, pero no lo encontró. Al contrario, el argentino, a cuatro minutos del final, generó unos instantes de silencio absoluto en el Camp Nou al lesionarse en la rodilla derecha. Al final, todo quedó en un susto para un Barça que sigue con paso firme: 28 puntos sobre 30 posibles.