La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a una pena de 13 años y medio de prisión al hombre de unos 42 años, al que juzgó el pasado febrero acusado de un delito continuado de agresión sexual cometido sobre la hija menor de edad de su pareja sentimental, desde que ésta tenía 13 años y hasta los 17.
La sentencia, a la que ha accedido Europa Press, considera probados los hechos establecidos por el fiscal en su calificación y por los que éste pidió que se condenase al acusado a 14 años de prisión, y que se le impusiera la prohibición de acercarse a la víctima durante 18 años.
En concreto, la Audiencia ha condenado al acusado, que podrá recurrir la sentencia en casación ante el Tribunal Supremo, "como autor criminalmente responsable de un delito continuado de agresión sexual", y "sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de 13 años, seis meses y un día de prisión, con la pena accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena".
También le ha impuesto "la pena de prohibición de acercarse" a la joven "o a su domicilio, centro de trabajo o centro de estudios en un radio de 500 metros, y de comunicarse con ella por cualquier medio o instrumento de comunicación, durante un periodo de 18 años". Además, el ya condenado habrá de indemnizar a la víctima "en la suma de 15.000 euros, cantidad que devengará el interés que señala el artículo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, y así mismo abonará las costas de este proceso".
Según recoge la calificación del Ministerio Público y los hechos probados de la sentencia, desde el invierno del año 2011 el acusado había aprovechado su condición de pareja sentimental de la madre de la niña, con la que convivía en el mismo domicilio, en una provincia fuera de Andalucía, para "iniciar un acercamiento con ánimo libidinoso", tras lo cual presuntamente realizó los distintos hechos por los que se le ha condenado.
Además, meses después toda la familia se trasladó a una vivienda de la capital cordobesa, donde supuestamente el varón continuó con su conducta y empezó a mostrarse "más agresivo", hasta el punto de que en enero de 2015 la menor, ya con unos 17 años, huyó del domicilio familiar "horrorizada" y se refugió con su padre.