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Córdoba

El Cabildo espera empezar la "restauración" y por fases de la macsura de la Mezquita

El nuevo deán subraya la importancia de esta intervención, que quiere "ejecutar con los mayores niveles de técnica"

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  • El deán de la Catedral, Joaquín Alberto Nieva. -

El nuevo deán-presidente del Cabildo Catedral de Córdoba, Joaquín Alberto Nieva, ha destacado la importancia del proyecto de restauración de las cúpulas de la macsura de la Mezquita-Catedral de Córdoba, que ya tiene listo la institución capitular y que forma parte de una intervención mayor, pues, según ha señalado por su parte el arquitecto restaurador de la Mezquita-Catedral Gabriel Rebollo, se hará una "restauración integral" de la macsura, "por fases", que comenzará "a finales de 2023".

En este sentido y en declaraciones a Europa Press durante una visita a las cubiertas del templo, junto a Rebollo y otros miembros del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva ha destacado que, para la institución que representa, "la restauración de las cúpulas de la macsura, junto con la restauración integral de todo ese ámbito, significa un proyecto importantísimo, puesto que este monumento la Mezquita-Catedral es Patrimonio Mundial y de excepcional valor universal".

Así, la actuación "en ese ámbito supone intervenir en uno de los lugares principales de este monumento y de los valores que encierra. En este sentido, el proyecto es muy ambicioso, y por eso se está preparando muy bien", y también por ese motivo "se quiere ejecutar con los máximos niveles de técnica y de profesionalidad, y por eso se ha pedido la aportación, igualmente, de los mejores expertos".


Además, según ha precisado el deán, "el proyecto conlleva también la intervención de instituciones, como el Instituto Andaluz de Patrimonio, entre otras, que han ido aportando a lo largo de todos estos años los elementos para poder ir ensamblando este gran proyecto multidisciplinar", que implicará una alegría "para todos" los cordobeses y los visitantes del monumento.

Al respecto de la intervención y en declaraciones a los periodistas durante la mencionada visita a las cubiertas, uno de los arquitectos restauradores de la Mezquita-Catedral, Gabriel Rebollo, ha explicado que será "una obra muy grande, con un esfuerzo económico y constructivo enorme, y esa obra, si todo va bien, a lo mejor a finales de 2023 podríamos estar empezando".

Será, en cualquier caso, el inicio de "una restauración integral", pues "vamos a restaurar la macsura desde el punto más alto de las cubiertas hasta el suelo, con todas las paredes y con todos los mosaicos", es decir, "es lo que se llama una restauración integral, aunque se ejecute por fases", lo cual "es muy importante", ya que "la obra va a durar como mínimo dos años", y el Cabildo no se ha planteado cerrar la macsura para la visita turística durante todo ese tiempo.

La razón es evidente, "los turistas se enfadarían enormemente si durante dos años no pueden ver la que es la joya más importante" de la Mezquita-Catedral, pero ello no ocurrirá, gracias a la prevista intervención por fases, "de forma que, por lo menos, el 60 por ciento en cada momento sea visible", lo que implica que "el turista podrá tener el disgusto de que no podrá ver la bóveda occidental o la central, pero va a poder ver las otras".

Entre tanto, no ceja la labor de mantenimiento, conservación y restauración que lleva a cabo de manera constante el Cabildo en el principal monumento de Córdoba, que ha llegado a recibir antes de la pandemia más de dos millones de visitantes, cifra que se está camino de recuperar y probablemente superar.

De este modo, tras haber restaurado la cubierta del brazo Norte del crucero de la Catedral que levantó Hernán Ruiz en el corazón de la antigua mezquita, el Cabildo, sus restauradores y trabajadores especialistas trabajan ya en la restauración de la cubierta del brazo Sur del Crucero, que cuenta con un presupuesto inicial de unos 100.000 euros, según ha explicado Rebollo, pero que el Cabildo está dispuesto a ampliar, si fuera preciso, según ha asegurado Nieva.

Se emplea plomo como impermeabilizante, como se hizo en la construcción original, y el mismo tipo de madera para las vigas, incluso partes de las antiguas vigas originales que son reutilizables, y se cubrirá con todas las tejas, igualmente recuperadas, que sea posible, para ser fieles a un monumento en cuya protección también invierte tiempo y dinero el Cabildo, pues las cubiertas cuentan con una red de cañerías y puntos de toma de agua para que actúen los bomberos de forma inmediata en la lucha contra un posible fuego, que se topará con gases que lo ahogarán en otras partes del edificio, como el archivo, que acoge incunables de incalculable valor histórico.

Por otro lado y sin olvidar la restauración de la Capilla Real, en la que ahora intervendrá el Ministerio de Cultura para recuperar su rica decoración de yeserías y en cuyas cubiertas ya ha actuado el Cabildo, mientras que tiene previstas próximas intervenciones, el próximo reto de la institución capitular es determinar cómo hacer frente a las consecuencias que tendría para el monumento un terremoto, como el de Lisboa del siglo XVIII, que provocó daños en la torre campanario y en el Crucero de la Catedral.

A este respecto, el arquitecto restaurador Gabriel Rebollo ha avanzado que "se está haciendo, y va muy avanzado, un estudio sísmico del edificio", por parte de "la Escuela de Arquitectura de Sevilla" y, aunque todavía no se tienen resultados, el mismo se está llevando a cabo "con muchísima seriedad", teniendo en cuenta el precedente del "terremoto de Lisboa, que hizo más daño en los elementos altos, que en los bajos". En este caso, según ha recordado, "donde hizo más daño fue en la torre, y también algún daño en el Crucero".

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