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Chiclana

Una placa conmemora en la Plaza de España el 50 aniversario de la riada

El vicepresidente de la Junta de Andalucía y el alcalde de Chiclana recuerdan “lo que supuso este acontecimiento para la historia de la ciudad” y destacan las actuaciones que se han venido ejecutando para evitar nuevas inundaciones

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Chiclana conmemora en la jornada de hoy, 19 de octubre, el 50 aniversario de la Riada de 1965, acontecimiento que cambió la vida a miles de chiclaneros y que provocó graves desperfectos en infraestructuras, así como pérdidas materiales en gran parte de la ciudad, sobre todo, en ambos márgenes del río Iro. En recuerdo de aquel suceso, el Ayuntamiento de Chiclana ha celebrado este mediodía un acto institucional, que ha contado con la presencia del vicepresidente de la Junta de Andalucía y ex alcalde de Chiclana, Manuel Jiménez Barrios, el actual regidor chiclanero, José María Román, el que fuera alcalde en 1965, Manuel Guerrero, así como distintos alcaldes de la etapa democrática, entre ellos, José de Mier y Ernesto Marín. Asimismo, se ha descubierto una placa conmemorativa del 50 aniversario en la fachada del edificio de Chiclana Natural, que albergaba el día de la riada una farmacia y donde el agua alcanzó los 2,60 metros de altura.

Durante su intervención, Manuel Jiménez Barrios ha destacado que “estamos en un acto muy entrañable, porque no todos los días tiene uno la oportunidad de hablar en tu pueblo de las cosas que ha vivido en primera persona, lo cual es de agradecer”. “Yo vine a Chiclana en 1967, dos años después de la Riada, precisamente porque la empresa de mi padre cogió el derribo del Puente Grande”, ha recordado el vicepresidente de la Junta de Andalucía, quien ha añadido que, “debido a este acontecimiento, he pasado casi toda la vida aquí y terminé siendo alcalde”.

“Santa Ana y el río Iro son dos cuestiones a las que todo chiclanero se siente muy apegado. En el caso del río, nos ha dado disgustos, pero también oportunidades”, ha indicado Jiménez Barrios, quien ha añadido que “lamentablemente se le daba la espalda”. “Yo aprendí a manejar todo lo relacionado sobre las inundaciones gracias a José de Mier y a Sebastián Verdugo, puesto que había que estar en alerta cada vez que había tormenta de noche”, ha explicado el responsable autonómico, quien ha destacado que “dos de las grandes actuaciones que hicimos fueron la colocación de muros de hormigón en ambos márgenes del río y la sustitución del Puente Presa por el Puente del VII Centenario. Todo ello, además de la ampliación del Puente de Nuestra Señora de Los Remedios, antes para aumentar los carriles y ahora para el tranvía”.


Asimismo, Manuel Jiménez Barrios ha comentado que “aquella Riada, según los expertos, se repite cada 500 años y, sin embargo, tuve la mala suerte de tener dos inundaciones durante mi etapa como alcalde. Eso sí, en menos de una hora había numerosas personas trabajando con sus grúas para solucionar los problemas”. “Los chiclaneros, por tanto, han respondido siempre que la ciudad lo ha necesitado y considero un gran acierto que se rememore este acontecimiento”, ha incidido el vicepresidente de la Junta, quien ha finalizado añadiendo que “nadie puede sustituir el orgullo de ser de Chiclana, nativos o procedentes de otras poblaciones. Y ahora hay que seguir construyendo Chiclana”.

Por su parte, José María Román ha recordado su experiencia el día de la Riada. “Yo viví en directo y en un lugar 'privilegiado' la gran avenida de agua y por la que pensamos se iba a llevar por delante la vivienda”, ha expresado el alcalde de Chiclana, quien ha añadido que “se veía olas que pasaban por encima del Puente Chico”. “Aquello generó una nueva ciudad, puesto que toda la obsesión de los distintos gobiernos era la de tomar medidas para que el agua no volviese a generar ese desastre que, afortunadamente y milagrosamente, no causó ninguna pérdida humana”, ha resaltado Román, quien ha incidido en “la voluntad unánime de todas las administraciones fue actuar sobre el río”.

“Es tal la envergadura de la acción a llevar sobre el río que aún no se ha terminado. Recuerdo cuando se llevó a cabo el dragado, se actuó sobre el encauzamiento, se pusieron los muros de hormigón para evitar el desbordamiento del río o se instalaron compuertas y sistemas de bombeo”, ha comentado el regidor chiclanero, quien ha indicado que “aún nos queda pendiente la actuación preventiva de una presa contra avenidas, en manos de la Junta, y el encauzamiento del río a la altura del estero de San Eugenio. Por tanto, las dos administraciones que están por encima de nosotros tienen tareas pendientes para que podamos tener tranquilidad”. “Tenemos que volver la mirada al río y sacarle todo el potencial que tiene”, ha insistido Román, quien ha destacado “el trabajo de los distintos gobiernos municipales para evitar inundaciones”.

No obstante, José María Román ha aclarado que “actualmente tenemos un río que es una maravilla, puesto que, a pesar de algunos insensatos que están empeñados en ensuciarlo, está lleno de garzas, cigüeñas, lisas, doradas, anguilas, robalos, etcétera...”. “Todo ello, recordando el enorme tubo de fecales que, antes de construirse la depuradora, vertía directamente sobre el río”, ha explicado el regidor chiclanero, quien ha añadido que “vamos a seguir trabajando para que el río nos dé todo lo que siempre nos dio, puesto que Chiclana es lo que es  en tanto que el río Iro está donde está”.

Manuel Guerrero, alcalde de Chiclana el 19 de octubre de 1965, ha recordado que “ese día estuve pero no estuve porque viene a ver a mis padres, que vivían aquí al lado, y caí en un socavón de más de tres metros”. “Por tanto, ese día volví a nacer, así que hoy cumplo 50 años”, ha ironizado Guerrero, quien ha añadido que “una desgracia como aquella trae una buena ocasión para empezar de nuevo. Así, el agua limpió el fango y la porquería que había en este pueblo, donde el río era la cloaca”. Por último, Manuel Guerrero ha agradecido la invitación del Ayuntamiento “para estar hoy aquí en este emotivo acto”.

Finalmente, la delegada municipal de Cultura, Pepa Vela, ha resaltado que “a las 11.30 horas de aquel 19 de octubre de 1965 el río Iro se desbordó y precisamente donde hoy estamos llegó el agua hasta casi los tres metros, después de caer 330 litros por metros cuadrados en la zona de Campano, mientras que en Chiclana fueron 213 litros”. “Nadie en ese momento se pudo imaginar lo que se le venía encima”, ha expresado Vela, quien ha indicado que “se demostró el  buen comportamiento y valentía del pueblo de Chiclana. Además, este acontecimiento sirvió para que se iniciara la transformación de Chiclana hasta convertirse en un nuevo cauce de oportunidades”.

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