Quien lo conoce sabe que nunca fue un niño como los demás. Siempre andaba ideando, inventando, construyendo de la nada… Vivía en La Línea de la Concepción y en el colegio privado en el que estudiaba ya intuían sus capacidades. Siempre andaba metido en proyectos. Desde crear un kart hasta un prototipo de coche de fórmula 1. Su inteligencia lo llevó en varias ocasiones a dar charlas organizadas por Apple fuera de España y a ganar concursos de robótica.
Pero ahora, Julián Fernández Barcellona, con sólo 16 años, despega sólo.
Por cuestiones familiares hace poco más de un año se trasladó a Madrid, donde está viviendo experiencias que nada tienen que ver con lo que hacen otros chicos de su edad. Su último proyecto es un picosatélite (uno de los satélites más pequeños del mundo, de 5cmx5cmx5cm) que lanzará al espacio en unos meses.
Algunos podrían pensar que está loco, que no es más que un juego de niños, pero muchos expertos confían en su invento y están fascinados con lo que ha construido con sus propias manos. Tanto, que en los últimos meses ha dado ya conferencias en la Agencia Espacial Europea, en varias universidades de Ingeniería de la capital, en congresos especializados, han comprado su prototipo en universidades extranjeras y hasta ha quedado entre los tres primeros en un concurso en Alemania patrocinado por Airbus, donde había más de 250 participantes.
Primer picosatélite español que se lanza al espacio
Por increíble que parezca, su picosatélite será el primero que España lance al espacio, porque él tiene un objetivo: “democratizar el acceso a telecomunicaciones y hardware espacial mediante el lanzamiento de picosatélites tan pequeños que puedes meterlos en un bolsillo”, nos explica.
Julián Fernández, cuando tenía aún 15 años, comenzó a trabajar en este proyecto. Y lo hizo realidad comprando piezas en China, montándolo él mismo. A través de Internet, donde publicó en abierto su proyecto, conoció a dos jóvenes ingenieros que se sumaron a la idea. Han creado una asociación, Fossa Systems, y su primer satélite, FossaSat-1, es una realidad. Se lanzará en órbita este año y creará la primera red global gratis de telecomunicaciones para el 'Internet de las cosas', permitiendo el acceso espacial a millones de personas. Porque su visión es inspirar a una nueva generación de jóvenes ingenieros y científicos ampliando el acceso a la tecnología aeroespacial, desarrollando tecnología de picosatélites de bajo coste para reducir los precios de lanzamiento y desarrollo.
El mismo Julián que por las mañanas se mete en su aula de 4º de la ESO en un centro de Pozuelo, da charlas a estudiantes mucho mayores que él de la Universidad Juan Carlos I o la Politécnica de Madrid, se mueve en entornos profesionales, donde lo respetan y admiran e, incluso, negocia con empresas de lanzamiento de satélites el precio a pagar para que el suyo acabe en órbita.
Y ya lo tiene todo cerrado. En septiembre su picosatélite despegará. El lanzamiento se realizará desde Nueva Zelanda y aunque tiene patrocinadores, su asociación ha creado un crowdfunding para conseguir los 30.000 euros que necesita. ¿Lo ayudas?