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Cádiz

Cuando unos irresponsables juegan contra toda la ciudad

Miles de aficionados acudieron el pasado sábado al estadio para recibir a los jugadores del Cádiz C.F. a pesar del llamamiento a la responsabilidad

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Más de veintiocho mil personas han perdido la vida en España a causa del coronavirus. La cifra de fallecidos en el mundo supera los 560.000. Estos datos deberían ser suficiente para darse cuenta que este lobo no sólo tiene orejas, sino también un hambre voraz. Sin embargo parece que este no es un motivo de bastante peso para algunos gaditanos y gaditanas que, después de haber mantenido la calma durante las semanas más duras del confinamiento, están poniendo a Cádiz en el punto de mira por su irresponsabilidad.  

La imagen que presentaba los aledaños del Estadio Municipal el pasado sábado, con miles de aficionados aglutinados a las puertas del campo para recibir a los jugadores del equipo amarillo, no es más que una muestra de necedad. Más aún cuando ni siquiera había nada que celebrar ni llegó a haberlo. Durante los días previos al partido las redes sociales se llenaron de mensajes que llamaban a la calma de la afición y a la responsabilidad, por parte de seguidores, ciudadanos e incluso de responsables políticos. Palabras que, para algunos y algunas, cayeron en saco roto.

Y la necedad se producía justo después de otra de características similares, ya que en la madrugada anterior la Policía Nacional tuvo que desalojar la sala Momart, en la Punta de San Felipe, por superar el aforo y no respetar las medidas de seguridad. Ni mascarillas en muchos casos, ni la distancia exigida.

Todo esto mientras cada día vemos aumentar la cifra de contagios, aparecen rebrotes por todo el país, vuelven a confinarse regiones enteras, todo indica que el virus puede atacar con más virulencia y los hospitales siguen teniendo falta de personal.

En definitiva, una irresponsabilidad que roza el egoísmo y un claro insulto no sólo a las víctimas, sino también a todas las personas que lo han pasado y siguen pasánsolo mal; a los hosteleros que no terminan de remontar después de meses de cese de actividad y a los que un nuevo confinamiento podría hacerles perder su trabajo y su sustento una vez más.

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