Así, asegura que ?en los poblados hay niños de 15 y 16 años armados con fusiles para evitar que sus vecinos les roben?.
El presidente de la ong Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, califica la situación que se vive en el Cuerno de África de “sobrecogedora” y afirma que la ayuda que ha llegado hasta este momento de la Comunidad Internacional es una “gota de agua”.
El padre Ángel, que acaba de regresar de un viaje a la frontera de Kenia con Somalia y Etiopía, subraya, en una entrevista con EFE, que los organismos internacionales no deben limitarse a “elaborar proyectos” sino que tienen que “dar de comer” de manera urgente a la población de la zona.
El presidente de Mensajeros de la Paz cuenta que lo primero que piden los habitantes del Cuerno de África es comida: “se llevan las manos a la tripa y te dicen que tienen hambre”.
Según él, el problema de hambruna de esta región lo pueden resolver “los países y los políticos” por lo que estos no deben limitarse a “ofrecer declaraciones, sino a hacer algo más”.
El padre Ángel, que ha recabado información sobre el terreno para emprender nuevas acciones de ayuda, describe que “allí ves animales que se mueren y los esqueletos de muchos están por el suelo”, algo catastrófico para una población cuyos principales ingresos provienen de la ganadería. La ausencia de recursos ha provocado, según el padre, conflictos entre diferentes comunidades que luchan por el agua, los pastos y los animales.
Así, asegura que “en los poblados hay niños de 15 y 16 años armados con fusiles para evitar que sus vecinos les roben”.
Estos niños son, además, uno de los segmentos más perjudicados, y muchos de ellos, según el padre Ángel, “no tienen más que huesos, están tan delgados que los coges y se te caen”.
Por ello, Mensajeros de la Paz colabora con Unicef para darles de comer, aunque, el padre dice que, a parte de agua y alimentos, también se necesitan “médicos y hospitales de campaña”.
El pasado día 20 la ONU declaró la hambruna en dos regiones del sur de Somalia.
Según este organismo internacional, la sequía que castiga al Cuerno de África es la peor en la zona en los últimos 60 años, y sus devastadores efectos han colocado en situación crítica a unos 11 millones de personas.