Sebastián Marroquín ha participado en la Cumbre Iberoamericana de la Creatividad que organiza la ONU en el Centro Niemeyer de Avilés para reflexionar sobre la lucha contra el narcotráfico y los efectos de esta actividad delictiva, entre otros asuntos.
Ese crecimiento exponencial del narcotráfico que ha denunciado el ponente “invita a reflexionar” sobre las estrategias que se están aplicando en la lucha contra ente tipo de delitos, que es la misma “de hace treinta años, con los mismos resultados de entonces”.
Preguntado por si la legalización del consumo de la droga podría favorecer el fin del narcotráfico, ha incidido que no cree que haya “soluciones mágicas”, y se ha inclinado más por abarcar los problemas desde perspectivas más amplias.
En ese sentido, cree que la pobreza y la falta de oportunidades y de educación “son el combustible para que el narcotráfico siga siendo tan violento y, tristemente, tan exitoso”.
A las nuevas generaciones que creen que “ser un capo les va traer felicidad, reconocimiento y poder”, les ha trasladado el mensaje de que no conoce a ningún narcotraficante jubilado, ya que su final suele ser prematuro y violento.