Durante siete días –la campaña se puso en marcha ayer–, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizarán inspecciones en camiones y furgonetas, que suponen el 15% del total del parque de vehículos, y sobre sus conductores.
Verificarán las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo, el peso y el acondicionamiento de la carga, el estado de los neumáticos, el funcionamiento del alumbrado, la documentación y el tacógrafo, cuya manipulación constituye una infracción muy grave, es decir 500 euros y seis puntos del carné.
También se controlarán los tiempos de conducción y descanso, y en los casos en que se considere necesario se realizarán controles de alcoholemia.
La tasa máxima de alcohol permitida a los conductores profesionales de vehículos destinados al transporte de mercancías es de 0,3 gramos por litro de sangre o de 0,15 miligramos por litro de aire espirado.
Todo ello para comprobar que se cumple con la ley y no se cometen infracciones como exceder la velocidad, invadir el carril contrario, no respetar la preferencia de paso o no mantener la distancia de seguridad; unas infracciones que estuvieron presentes en el 68 por ciento de los accidentes de camiones de más de 3,5 toneladas analizados en un estudio realizado por Cidaut en 2007.
Según los últimos datos consolidados de los que dispone Tráfico, en 2009 se produjeron 13.403 accidentes con víctimas en los que estuvieron implicados al menos un camión o furgoneta: en ellos murieron 696 personas.