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Cádiz

El Carnaval seguirá brillando... sin purpurina

Maquilladoras y artesanos se pronuncian sobre la prohibición de la venta de esta brillantina, producto que apenas se emplea ya en escenografías ni maquillajes

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  • Manuel Sánchez, de Imaginarte, trabajando con purpurina. -

“Que no cunda el pánico”, tranquiliza la maquilladora Sara Romero al preguntarle por la prohibición, por parte de la Comisión Europea, de la venta de productos elaborados con microplásticos, como la purpurina. Esta nueva norma, que forma parte de los esfuerzos de Bruselas por cumplir su objetivo de reducir la contaminación por microplásticos en un 30% de aquí a 2030, no ha cogido por sorpresa a la maquilladora gaditana, de Camerino de Artes y Horrores. Es por ello que desde hace varios años viene trabajando con purpurina biodegradable, aunque también reconoce que no es un producto imprescindible en su trabajo, porque “cada vez me piden más maquillajes teatralizados que de fantasía”.

Romero defiende que la medida es acertada, ya que “estamos hablando de un producto muy dañino para el medio ambiente”. No obstante, considera que debería haber entrado en vigor “en marzo de 2024” porque “ahora vienen fiestas como Halloween, Navidades y Carnavales, y son muchos los fabricantes y las tiendas que tienen aún cantidades ingentes de purpurina que no van a poder vender”.

Sobre la escarcha biodegradable, la maquilladora asegura que ha evolucionado mucho en los últimos años. “Hace cinco años, cuando empezamos a trabajar con ella, eran feas, pero ya se asemejan muchísimo a las de microplástico, y lo bueno es que las biodegradables están elaboradas con algas marinas, celulosa, mica o materiales vegetales que se descomponen”. Sobre el precio, indica que no es cara, aunque “hay que saber dónde comprarla, porque ahora mismo hay gente que se quiere aprovechar con el tema de la prohibición”. 

No obstante, los artesanos de Imaginarte Creaciones (Diseño y creación de carrozas, decorados y eventos) tienen otra opinión sobre el precio de la purpurina biodegradable. Manuel Sánchez Rube asegura que la prohibida cuesta 15 euros el kilo, mientras que la no contaminante supone un desembolso de 140 euros por kilo. “Es una barbaridad”, resopla y echa las cuentas: “Para decorar una carroza necesitamos 5 o 6 kilos de escarcha, y en los pliegos de licitación las ganancias por carroza rondan los dos mil y pico de euros, por lo que si vamos a tener que invertir más de 800 euros en purpurina imagina con qué nos quedamos… los pliegos van a tener que cambiar de cara al año que viene”, augura. 

E igualmente confía en que los precios “irán bajando” conforme más fabricantes apuesten por producir este tipo de brillantina no dañina para el medio ambiente. 

No obstante, considera que ésta puede ser una buena oportunidad para que los artesanos apuesten por otros materiales que hasta el momento no han explotado mucho. “Los artesanos siempre buscamos soluciones a los problemas, así que ahora es el momento de buscar otras opciones”, y señala a las pinturas metalizadas. 

Sobre la prohibición, el representante de Imaginarte apoya la causa, aunque considera que hay “otros campos más importantes en los que actuar en materia de sostenibilidad y no se está haciendo”.

A otro artesano, Álvaro Ortega, de Artevida Factory, la noticia de la desaparición de la purpurina se la ha dado VIVA CÁDIZ. “¿Es broma, no?, ¿dónde está la cámara oculta?”, ha reaccionado. Y tras digerir el anuncio, ha transmitido su preocupación por las lentejuelas, ya que “este año trabajamos con un coro que lleva mucha lentejuela, y no sé si a este material también le afecta esa nueva norma…”. 

Con respecto a la purpurina en sí, reconoce que no trabaja mucho con este producto, como tampoco lo hace ya la maquilladora Vanesa Gallardo ni los artesanos de Achicarte, ni los de Ras Artesanos ni Alejandro Mariño. Todos coinciden en que la purpurina apenas se emplea ya en las puestas en escenas del Concurso del Carnaval de Cádiz. “Hace años, en los 70-80, se estilaba mucho, pero ya apenas se utiliza”, indica Antonio Quintana, de Ras. “Desde hace tiempo apostamos más por las pinturas metálicas para las escenografías, pues son más duraderas”, añaden Juan Diego Aragón y Sonia Espinosa, de Achicarte. Y por su parte, Mariño asegura que no le afecta esta normativa europea porque “el último año que utilicé este material fue en 2011, con la chirigota ‘Las elegidas’”. “Los bigotes con purpurina se están perdiendo ya...”, apostilla riendo. 

 

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