La proliferación de los patinetes eléctricos en Cádiz capital en los últimos años es un hecho constatado. Lo reflejan las estadísticas y también el aumento del número de accidentes con heridos con Vehículos de Movilidad Personal (VMP) implicados, que ya suponen más del 15% del total de siniestros con daños personales, tal y como publicó VIVA CÁDIZ. El problema, según alertan desde el Cuerpo de Bomberos, es que las ventajas que tienen estos vehículos en movilidad no son necesariamente compatibles con la seguridad en la vía pública y mucho menos en los hogares, donde se custodian y se carga la batería.
Los tres últimos incendios en viviendas desde septiembre hasta el pasado sábado -en un piso tutelado de la calle Alcalde Blázquez con tres jóvenes heridos, en la calle América y en la calle Soleá con una mujer de 42 años afectada por humo- y con el foco localizado en las habitaciones en la que los VMP estaban conectados a la electridad, son la mejor evidencia.
Los bomberos reconocen que la situación “nos preocupa”. “Estamos hablando de tres incendios en poco tiempo, es algo relativamente nuevo, la electricidad de estos vehículos puede conllevar algún riesgo”, reconoce el jefe de zona de Bomberos de la Bahía, Ignacio Pérez Prado, que pone el foco en el hábito que tienen los usuarios de cargarlo durante la noche en casa “para cogerlo por la mañana” y en en los gases tóxicos -el plástico del patinete no ayuda- y el humo que generan las baterías pequeñas de litio a las que van conectadas cuando durante la carga hay un cortocircuito y salen ardiendo.
Si hay cerca un material inflamable, como en el último incendio del sábado unas cortinas, “el fuego se propaga más rápidamente”. Por ello, Pérez aconseja no cargar nunca los VMP en zonas comunes, hacerlo “en una estancia donde no haya nada cercano (material inflamable) y evitar la noche. “Es casi una moto lo que metemos en casa, no es la batería de un móvil, el riesgo aquí es más alevado y nos preocupa que se carga de noche, que es cuando los incendios son más peligrosos”. También aconseja dotar las casas de detectores de humo, un seguro de vida que ya es obligatorio en muchas ciudades de Europa y cuyo precio que no pasa de los 7 euros "y salva vidas".