Luis Rojas Marcos considera un error pensar que la adversidad hace más fuerte al ser humano –”es absolutamente falso”, insiste–, aunque sí cree, desde su experiencia como profesional de la psiquiatría, que en nuestro interior habita “una impresionante fuerza natural” para combatirla.
Una fuerza interior que impregna todos y cada uno de nuestros genes y que Rojas Marcos, al igual que otros psicólogos y psiquiatras, ha dado en llamar “resiliencia”, un anglicismo que han tomado prestado de la Física, donde se usa desde hace tiempo y que remite a la capacidad de un objeto de encajar un golpe sin romperse.
“Resiliencia” es, pues, elasticidad, resistencia, superación...aplicada a los objetos, y “una simbiosis natural y única de flexibilidad, resistencia, adaptación y recuperación” que los humanos tenemos para combatir la adversidad.
Es “la poderosa capacidad humana de encajar, resistir y superar la adversidad”, escribe Luis Rojas Marcos en su último libro, Superar la adversidad. El poder de la resiliencia, editado por Espasa, sobre el que este escritor prolífico ha hablado con Efe.
“Mi propósito es informar a las personas sobre la capacidad que tenemos de sobrevivir, de superar la adversidad e, incluso, de sacarle algo positivo”, afirma el que fuera jefe de los servicios de salud mental, alcoholismo y drogas del municipio de Nueva York y director de su Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos, entre 1995 y 2002. Seis son los pilares que, cuenta en su libro, soportan la tan poderosa fuerza de supervivencia que es la “resiliencia”, y que permite al ser humano plantar cara a algo de lo que ninguno se libra: las desgracias.
Las conexiones afectivas con quienes nos rodean, las funciones ejecutivas –el autocontrol, la energía vital son dos ejemplos de ellas–, el centro de control interno de nuestras vidas y decisiones, la autoestima, el pensamiento positivo y las ganas de vivir son esos seis pilares que, en cada persona, son más o menos firmes.
“Tener una familia, un grupo de amigos, pertenecer a un club o a una determinada religión puede ayudar a superar la adversidad, porque de ello se puede recibir solidaridad, apoyo y ganas de vivir”, apunta este sevillano emigrado a Nueva York en la década de los 60 del siglo pasado, ciudad en la que desde entonces vive y ejerce la Medicina.
Rojas Marcos habla del sentido del humor, de su importancia para hacer frente a las crisis, inevitables en la existencia. “No sirve de mucho –dice– cuando el barco se está hundiendo, pero sí más tarde, cuando te das cuenta de lo que te ha pasado. Ayuda a digerir algo tan trágico como la muerte”.
Y cuenta una anécdota personal. “Antes de que mi madre muriera, por una cuestión práctica y de respetar su voluntad, le pregunté si prefería que la enterráramos o que incineráramos su cuerpo. Su respuesta fue, con una sonrisa: sorpréndeme”.
También habla de límites a la hora de soportar el sufrimiento –“tenemos un límite, claro que lo tenemos”, insiste–, y asegura que, en general, “no soportamos más de dos grandes tragedias en nuestras vidas”.
Dos adversidades serias, de esas “que conmueven tu vida, de las que amenazan tu equilibrio mental o físico e, incluso, amenazan la existencia. Tocamos –insiste– a dos de media”. Tragedias como la muerte de un hijo o de la pareja, un grave accidente o una enfermedad como el cáncer. O desastres naturales como un terremoto o una inundación. Aunque, afirma, estamos más preparados para soportar las segundas que las primeras.