La escritora madrileña Almudena Grandes, fallecida en noviembre de 2021, fue investida ayer como doctora Honoris Causa por la Universidad de Cádiz (UCA) en un acto celebrado en el aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras que, en ningún caso se celebra a título póstumo, en palabras del rector, Francisco Piniella, quien remarcó que “todas las librerías están llenas de sus libros y no hay mejor prueba para decir que Almudena... ¡está viva!”. En su intervención, Piniella recordó que “quisieron, pero no pudieron, manchar la carrera” de una escritora que definió como “librepensadora y radicalmente feminista y radical contra las injusticias de este mundo”, y destacó su vínculo con Cádiz.
“La luz de esta Bahía fue el paisaje de Almudena durante sus veranos. La relación con Rota fue todo un idilio, casi veinte años desde que compartían, Almudena y Luis (García Montero, poeta y marido), la amistad con nuestro escritor Felipe Benítez Reyes”, apuntó.
Precisamente, Rota estuvo muy presente en el discurso pronunciado por Juan José Téllez elaborado con extractos de discursos, declaraciones y artículos publicados en El País por la escritora, que se decía “una niña sin un pueblo que llevarse a la boca, hasta que llegué aquí”.
“El mérito es del viento, el levante y el poniente me llevaron de la mano. Un día empecé a sentirlos y, por fin, una mañana en la cooperativa de pescadores del mar de Rota, que es mi pueblo, pedí un quilo de boquerones y la dependienta me miró, hizo una mueca y me dijo: Hoy no te lleves boquerones, chocho. Desde aquel momento, sin dejar de ser yo, soy otra, sin dejar de ser de Madrid, soy roteña”, dejó escrito Almudena Grandes y ayer rescató Téllez, así como otros apuntes sobre la playa de Punta Candor, “que nunca es tan hermosa como la recuerdo”, o los relativos al coste de la Base entre los vecinos.
El vicerrector de Cultura de la UCA, José María Pérez Monguió, aportó los datos biográficos, repasó su obra y valoró que con sus primeros títulos “describe, analiuza, disecciona y nos hace espectadores de una España en transformación”, como hizo su admirado Benito Pérez Galdós, hasta que dio un giro valiente en su trayectoria para adentrarse en la reconstrucción de la memoria “buceando en momentos significativos de la resistencia antifranquista en el periodo comprendido entre 1939 y 1964.