El pasado lunes, el Cádiz CF presentó la nueva campaña de abonados para la temporada 22/23, el tercer curso consecutivo del equipo en LaLiga Santander. El lema de la misma, ‘Creer, creer, creer y crecer’, hace alusión al objetivo del Cádiz CF como entidad. Tal y como ha recalcado Manuel Vizcaíno en numerosas ocasiones, hay que seguir creciendo para que el hecho de militar en Primera División no sea noticia.
Sin embargo, la nueva campaña de abonados ha traído consigo un aluvión de críticas, en especial en las redes sociales. Muchos cadistas entienden que los precios son abusivos y ponen en duda la viabilidad del crecimiento del club si dichos precios continúan subiendo cada temporada. Las comparaciones son odiosas, pero lo cierto es que sale más rentable ser abonado del Atlético de Madrid o del Real Betis, con competiciones europeas incluidas, antes que del conjunto cadista.
Esto ocurre, claro está, entre aquellas personas que desean darse de alta por primera vez en la próxima campaña o en aquellos abonados que se unieron al cadismo en Segunda División. El cadista que estaba presente cuando el Cádiz CF militaba en el pozo de la Segunda División B es, sin ninguna duda, el aficionado mejor tratado de LaLiga Santander.
Manuel Vizcaíno siempre ha sido claro sobre este tema. Aquellos que estuvieron en las malas serán los mayores privilegiados dentro del cadismo. Muchos opinan que una cosa no quita a la otra, y los antiguos abonados pueden ser unos privilegiados sin que se machaque a los que se unieron más adelante. Lo cierto es, tal y como he leído en Twitter, que para que el abonado antiguo tenga el privilegio de pagar poco, el nuevo tiene que pagar mucho. Y Manuel Vizcaíno, consecuente con sus declaraciones pasadas, prefiere tener a los 6.000 de siempre contentos, aunque ello suponga recibir un aluvión de críticas por parte de los aficionados que se unieron cuando el equipo comenzó a competir entre los más grandes.