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Emilio Fernández Morenatti, la dignificación de una profesión

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La profesión de periodista suele no tener término medio, o se idolatra o se sataniza según la ocasión y el momento. Pero en ocasiones existen profesionales que logran no sólo el reconocimiento de la profesión y el respeto de todos los ciudadanos, sino que dignifican lo que representa dedicarse a este trabajo. Y un claro ejemplo de esto es el fotógrafo jerezano Emilio Fernández Morenatti, pero no porque haya sido herido de gravedad en una pierna en un ataque contra tropas estadounidenses en Afganistán o porque fuera secuestrado en Gaza hace algunos años por su condición de fotoperiodista internacional en una zona de conflicto o por los numerosos premios que ha conseguido en todo el mundo por su trabajo. Morenatti (como siempre se le ha llamado en su Jerez desde que comenzó su carrera en este periódico) es un ejemplo no por los distintos sucesos que ha vivido y padecido, sino por su forma de entender una profesión.
Al igual que legítimamente han hecho muchos compañeros de profesión, Emilio podría haberse acomodado en un despacho e intentar vivir no sólo de su prestigio, sino de un trabajo diario alejado de los peligros de las guerras, pero él nunca ha querido aferrarse al conformismo, sino desarrollar su trabajo como él sólo sabe hacerlo, en la calle, en las zonas donde está la noticia, por mucho peligro que pudiera haber. Como comentaba su amigo y compañero de profesión Jaro Muñoz, cuando se le preguntaba por qué iba a estas zonas de peligro, él siempre decía que “porque en cada calle hay una fotografía”. Toda una declaración de valores que refleja lo que es Emilio Fernández Morenatti: un fotógrafo de prensa. Habrá quien quiera ver en su actitud un cierto grado de irresponsabilidad por acudir siempre a las zonas más calientes del mundo y puede que algo de ello sea verdad, pero no porque le guste jugarse la vida, sino porque sólo piensa en que en cada esquina se puede encontrar esa fotografía que revele o ayude a demostrar realmente lo que está sucediendo en ese conflicto, en esa guerra o esa situación concreta que él quiere reflejar. Por todo eso, Morenatti dignifica la profesión de fotógrafo y la de periodista, pero no porque ser herido o secuestrado, sino por su forma de entender cuál es su trabajo.

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