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Barrera cortó la única oreja

Interesante en conjunto los ?Cebada Gago?. Variedad en comportamiento, con tres toros de calidad, sobre todo el primero, al que Barrera le costó una justa oreja. Chacón toreó con sabor y decisión. Debió cortar oreja

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  • El matador de la tarde, Barrera, lidiando con uno de sus toros. -
Se esperaba con expectación la vuelta al ruedo portuense de la mítica ganadería de ‘Cebada Gago’ tras dos años sin lidiarse. Si había que valorar el juego en conjunto de los toros que vinieron de la finca La Zorrera, del término de Paterna, un aprobado con nota alta sería lo justo. Fue un encierro variado en comportamiento, con movilidad y en general hicieron buena pelea en varas. Hubo tres toros bravos, primero, tercero y quinto. El segundo se rajó a mediados de faena. El cuarto fue el típico ‘Cebada Gago’, con guasa, con el que estuvo muy dispuesto Barrera.

Buena impresión ha vuelto a dejar Octavio Chacón.La oreja del quinto se le fué porque no lo mató, después de haber hecho un esfuerzo. Álvaro Ortega ha tenido dos toros distintos.Debió estar mejor en el tercero y se justificó con el complicado sexto al que mató de una buena estocada. A la vista de lo sucedido, aquellos que han proclamado durante todo el invierno una corrida torista, no se les vio ni el pelo. Qué pena el vacío que presentaban los tendidos de sol y buena parte de los de sombra. ¿Dónde estaban los fieles seguidores de los Cebada? Ellos se lo han perdido, porque el festejo no aburrió a nadie. Eso es importante en cualquier espectáculo.

Comenzó bien la tarde cuando Antonio Barrera se lució en los lances de recibo. El toro era bajito, serio y “ guapo” como le gusta comentar Don Salvador. La faena la inició con tres muletazos por la espalda, citando desde los medios para seguir en templados derechazos . El toro tenía calidad y fue a más, entregándose en cada muletazo.
Barrera, asentado cuajó una buena faena. La muerte del toro fué eso, de bravo. En el segundo tuvo la otra cara de la moneda. Salió el de Cebada rompiendo tablas y derribando con estrépito. La caída del piquero fue espectacular y peligrosa. Surgió el quite oportuno de Octavio Chacón. Durante la faena se fue quedando corto y buscando. Era muy listo y había que estar bien colocado porque reponía con rapidez tras el primer muletazo. Se lo pensaba antes de tomar el engaño. El sevillano se la jugó, expuso y estuvo valiente.

Qué pena que Octavio Chacón que es un buen torero y con oficio no haya paseado el triunfo. Toreó con regusto cargando la suerte a la verónica. Sin duda, lo más sobresaliente de la tardeen el tercio de capote .El toro astilladodo del pitón izquierdo, tomó un puyazo que fue como en los ‘hiper’, tres por uno. Tal vez en la muleta le restó codicia. Chacón aprovechó las tres tandas únicas que tenía con buen son, por el lado derecho. Después, el animal se fue a tablas y ahí terminó a pesar de las ganas que le echó. El quinto, que tomó un largo puyazo, volvió a dejar su excelente disposición y buen gusto al torear con la muleta. En los medios ligó buenas tandas con la diestra y se mantuvo solvente por el otro lado. Una tanda postrera, profunda y de mucho calado, puso más al público a su favor .De nuevo falló con la espada. Para colmo, el puntillero lo levantó dos veces y cuando parecía que el toro estaba para el arrastre, volvió de nuevo a levantar la cabeza, ya con las mulillas en el ruedo. Fue una” resurrección” fugaz. Todo eso enfrió y quedó en ovación.

El primero corto de cuello y bien hecho para Álvaro Ortega,fue bravo en el caballo , lo toreó muy bien con el capote. Acevedo se lució en el primer par de banderillas y honradamente no quiso saludar. El toro obedecía en cada muletazo y aunque no hubo continuidad, le faltó conexión. Debió estar mejor y poderle al toro, que no se comía a nadie. Aún así hubo varias series con buen aire pero sin terminar de romper la faena. Una pena porque ese toro tenía más juego. Con el último, que tomó tres puyazos, Ortega, tuvo un toro difícil que buscaba por el pitón izquierdo. Con más decisión y luchando en labor lidiadora, remató su actuación tirándose con mucha fe a la hora de matar, dejando una buena estocada.

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