El terremoto empresarial y laboral que ha supuesto la crisis de Abengoa durante el último año y medio ha tenido una consecuencia imprevista dentro del mapa del tejido productivo andaluz: ha dejado de ser por primera vez en casi dos décadas la primera compañía de Andalucía por volumen de ingresos. Bidafarma, el nuevo grupo nacido de la integración de varias cooperativas de distribución de fármacos -fundamentalmente las andaluzas Cecofar y Farmanova- ha adelantado con claridad al grupo industrial sevillano en 2016.
Así, la compañía sanitaria suma 3.100 millones en ventas el pasado ejercicio frente a los 1.510 millones de Abengoa. Un sorpasso que tiene visos de consolidarse, a tenor de las perspectivas de crecimiento que maneja Bidafarma para abarcar también zonas de España como Cataluña o Valencia. En paralelo, Abengoa tiene por delante un año 2017 aún muy complicado ya que la paralización de su negocio comenzará a reencauzarse sólo a partir del segundo semestre de este año una vez los nuevos fondos aportados por los nuevos accionistas -bancos y fondos- lleguen este mes al grupo.
Pero no se trata sólo de que una empresa de nueva creación, de carácter cooperativo, sea hoy la primera compañía con sede social en Andalucía que no pertenece a una multinacional (como ocurre con Cepsa o Endesa). Sino que la competencia por entrar y consolidarse entre las compañías de mayor volumen de negocio empieza a apretarse gracias a la buena evolución de grupos como la cooperativa agroalimentaria Dcoop (1.005 millones en 2016), la también agroalimentaria privada y centrada en aceite Migasa (que ya en 2015 superó los mil millones en ventas, la cifra de 2016 aún se desconoce) o la almeriense Cosentino (que en este año 2017 quiere llegar a 1.000 millones desde 715 en 2015).