Mandaba, se apoderaba de ti, el caos cotidiano de Madrid, las prisas sin risas, este último viernes, cuando los aparatos del PP y de Podemos afrontaban las horas decisivas del desenlace congresual desde perspectivas diametralmente opuestas. Con el paso del tiempo, el Gobierno de la Crisis ha salido de ella con el creciente respaldo de clases acomodadas que siempre antepusieron la confianza en la solidez del sistema al riesgo aventurero de la trapisonda histórica. Nos vamos conociendo. Esa mayoría social, arrimando todo lo sumable, no alcanza todavía la mitad del cuerpo electoral. Del otro lado del Madrid previsible, menos céntrico y afarolado, menos cargante para el que no tiene plata, allá donde se va a dormir, modositamente, cada noche, en colmenas hipotecadas, el contestatario que todos llevamos dentro, partían legiones de compromisarios hacia la asamblea ‘Vistalegre II’.
El principio de Peter aplicado a la secretaría general del Partido Popular, como en el congreso anterior ocurriera con la presidencia. Aislar, de facto, de las responsabilidades orgánicas del día a día a María Dolores de Cospedal. ¿Un triunfo de Soraya? Ya se verá. El tiempo, el implacable, el que vendrá. Martínez-Maillo y los reforzados vicesecretarios se hacen legítimamente con las riendas de ‘Génova 13’. Javier Arenas flota. Más arriba, en realidad, no hay nada. Solo Moncloa y el Ministerio de Defensa. Decoración de interiores, figuras en la cumbre jerárquica que, así, con su porte institucional, alcanzan su mayor nivel de incompetencia. La nata sube hasta cortarse. El incremento de personal en la sala de máquinas del PP se precipita en aras de poner remedio a la manifiesta incompetencia de los dos primeros del escalafón, sobre todo en defender públicamente al partido en cuestiones chuscas, véase la Gürtel o la financiación, vía donación. Jaén, por cierto, en el flamante comité ejecutivo, no aparece ni por asomo. Solo Cristóbal Montoro, que no representa actualmente nada en el PP jaenciano, tiene acomodo en una relación final con casi 80 nombres. O sea. Pintamos nada, pese a la secretaría de Estado de Josenri y lo buen amigo que es Gabino de Mariano. Fernández de Moya, con todo, aprovechando la experiencia del XVIII Congreso Nacional del PP, maneja también la opción continuista de no mover pieza en San Clemente, colocando a Miguel Contreras de Martínez-Maillo, al ser el gregario que más le debe y, por ende, en quien más confía.
En ‘Vistalegre II’, entretanto, las fracturas internas no pasaron factura al liderazgo de Pablo Iglesias. Los errejonistas cumplieron su promesa de respaldar a un secretario general que revalidó el cargo con el 89 por ciento de los votos y 37 de los 62 miembros de la nueva dirección. El sector de Íñigo, el ángel socialdemócrata caído, se hace con 23 asientos en el politburó podemita, pero no asegura su continuidad como secretario político y portavoz parlamentario. En la frontera derecha de Errejón, sin moverse de Madrid, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, el amigo de Paco Reyes que hace poco ejercía de anfitrión en la promoción de nuestros aceites ‘Jaén Selección’ por su miña terra, promovía un acto de tintes municipalistas de apoyo a la candidata, no confirmada, al liderazgo del PSOE, Susana Díaz. Paco Reyes, conquistando USA con la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, no pudo acompañarla. ¿Crisis de pareja?
A este lado de la carretera, las mareas siguen condicionando el devenir de la Junta de Andalucía en Jaén. La sanitaria, tras el éxito arrollador de Spiriman en Granada, se viene arriba. La cocina del Neveral no se cierra, proclama airada. 25 empleados de una cocina que atiende a unos 50 pacientes que de clausurarse forzaría su traslado hacia los fogones de uno de los dos grandes hospitales de Jaén, donde se promedian 250 personas ingresadas por centro. Es decir, a su parecer, la madre del cordero, que la carga de trabajo se multiplicaría. Cómo va a compararse la labor en una cocina que elabore el menú de 45 o 50 pensiones completas que otra que lo hace para 200 o 250. En cualquier caso, el futuro geriátrico, que no hospitalario, del Neveral se antoja estratégicamente sentenciado. La educativa, en tiempo de renovación de conciertos, es otra marea, la verde. El anuncio de la supresión de tres líneas concertadas de SAFA en Linares, Úbeda y Alcalá solo es la punta del iceberg de una exigencia presupuestaria, consecuencia del descenso de la demanda por la baja natalidad. Les pongo un ejemplo clarificador: En torno a 190 solicitudes menos de ingreso en Infantil de 3 años se darán en la ciudad de Jaén de cara al curso 2017-2018, casi 8 unidades completas. ¿Quién creen ustedes que pagará el pato, a la postre? ¿Pública o concertada? Podría adelantarles, ciñéndonos al pasado reciente, quién no.