¿Qué es Bidafarma, a qué retos se enfrenta en este año 2017 que es el primer ejercicio completo que encara la nueva compañía?
Antonio Mingorance. Bidafarma es el resultado de la unión del grupo Farmanova y Cecofar. Farmanova estaba integrado por nueve cooperativas, todas andaluzas menos las de Extremadura, Canarias, Baleares y Tenerife. Como resultado de la fusión con Cecofar, nace Bidafarma. Todas las cooperativas tenían entre 50 y 86 años de vida. Empieza una nueva singladura el 1 de enero y yo espero que aguantemos otros 86 años. En este primer año estamos desarrollando todos los procesos que suponen la integración compleja de varias cooperativas a la vez. Pero con la voluntad de todos los que han participado como directivos, políticos, consultores y auditores pues lo hemos conseguido. Ahora nos toca la responsabilidad al consejo rector de Bidafarma y a los máximos responsables de esta empresa y del grupo Bidafarma a conseguir que duremos otros 86 años.
¿Cómo se ha estructurado la empresa tras la fusión, entre la nueva cooperativa Bidafarma y este Grupo Bidafarma?
Antonio Pérez-Ostos. La fusión que hemos hecho, a nivel económico, no es la más grande a nivel nacional pero en cuanto a número de empresas participantes somos una de las fusiones más complicadas y más grandes que ha habido. Como fruto de la fusión se ha creado la cooperativa Bidafarma, pero para todas aquellas empresas o cooperativas que no pudieron entrar en la primera fusión como Baleares o Canarias, o para otras empresas que se han añadido o querido incorporarse como varias de Castilla y León y otra en La Coruña, se ha creado el Grupo Bidafarma. Estaremos bajo el paraguas de Bidafarma cooperativa y dentro de un tiempo, el que creamos conveniente, entrarán a integrarse en la cooperativa.
¿Cuánto tiempo van a estar operativas estas dos estructuras?
A.M. Existe un periodo transitorio de cinco años hasta que se terminen todos los procesos de integración. En este periodo, Antonio va a ser presidente del Grupo Bidafarma dos años y medio, y yo dos años y medio presidente de la cooperativa. Y luego al revés. Pero en nuestro caso puedo decir que ese ha sido el menor de nuestros problemas. Si hubiera sido ese, no habría habido problema alguno. Tendremos otros retos y problemas mucho más importantes. La armonía que ha habido entre todas las empresas y todos los directivos ha sido total. Tenemos que concluir esto bien, no nos queda otra. Hemos hecho una cosa muy difícil que es fusionar 8 empresas. Pero hemos tenido un objetivo común: cuando se crearon las cooperativas hace 86 años, los farmacéuticos fundadores querían garantizar el acceso al medicamento a todas las farmacias, estuviesen donde estuviesen. Esto lo tenemos hecho. Lo que nos ha movido ahora a todos los participantes es que los retos de la sociedad y de las farmacias son distintos. Tenemos que ir a una población que va a demandar otras cosas, tenemos que ir hacia una farmacia asistencial. El objetivo es darle a la sociedad y a las farmacias los medios necesarios para ser la farmacia asistencial que nos van a demandar en las próximas décadas. No queremos ser los más grandes, sino los que ayuden a las farmacias allá donde estén.
A. P-O. Los objetivos más importantes que tenemos son consolidar la fusión, hacerlo bien como ha dicho Antonio. Estamos obligados por nuestros empleados, nuestras farmacias y también por los pacientes. Queramos o no, Bidafarma es un actor muy importante en el sistema sanitaria de Andalucía, fundamentalmente. También somos fuertes en Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha o Castilla y León. Haciendo esta integración bien para todos los implicados, que se note para bien la creación de Bidafarma. Esta premisa la tenemos muy clara tanto Antonio como yo.
Pasados estos cinco años de periodo transitorio, ¿qué queréis que sea Bidafarma?
A.M. La ambición está en nuestro eslogan: somos cooperativa y somos farmacia. Seremos cada vez más ambas cosas. Algo hemos hecho bien porque este proyecto inicial entre Farmanova y Cecofar, más las de las islas, ha conseguido sólo seis meses después de arrancar atraer a otras cooperativas. Tenemos, como bien decía Antonio, a otras cooperativas de Zamora, Valladolid, Salamanca interesadas en entrar. Hemos suscitado interés, y hemos sido vistos como la cooperativa ideal para integrarse y liderar el mercado en España. No cabe duda de que Bidafarma es ya hoy el primer grupo cooperativo en España. No diría que somos los mejores ni los más fuertes, pero que somos el primero está claro. Además, las nuevas necesidades de esa farmacia asistencial no se pueden cubrir estando cada uno por separado en una provincia o en otra. Teníamos que hacerlo unidos para ser fuertes. Es lo mismo que hicieron nuestros antecesores al crear las cooperativas. Nos hemos reinventado para afrontar el futuro de otra forma.
A.P-O. Queremos ser líderes en la farmacia. Líderes en servicios a la farmacia. Líderes en ser socialmente mucho más activos. No queremos liderar por liderar. Dentro de un tamaño, que es importantísimo, lo que queremos es hacerlo bien ante nuestros socios y ante los clientes. Que si notan algún cambio sea en positivo.
¿Cuáles son las magnitudes principales que os definen?
A.P-O. En la cooperativa hay un volumen de negocio de 2.200 millones de euros e incluyendo al grupo llegamos a 3.100 millones. En cuanto a socios, tenemos aproximadamente como 9.000, lo que supone algo menos del 50% de las farmacias españolas. Estamos presentes en todo el territorio menos Levante y Aragón.
A.M. Y añado una particularidad a lo que dice Antonio. Bidafarma, en las provincias en las que tiene presencia, no es residual, sino todo lo contrario. En todas tenemos el 60% o 70% de la cuota de mercado. Eso nos diferencia del resto en este momento. Y tenemos que sentirnos todos satisfechos de que la sede del grupo esté en Andalucía. Hay una sede social en Sevilla, una comercial en Málaga, la del grupo está en Granada. Y hay una sede institucional en Madrid.
Cofares, el otro gran grupo cooperativo de España, acaba de adquirir unos activos en el Campo de Gibraltar. ¿Cómo encaráis esta competencia creciente y con grupos cada vez mayores?
A.P-O. Competencia ha habido siempre, llevamos en la zona sur llevamos encarando una competencia dura desde hace muchos años. No es algo nuevo, ni en la parte oriental ni en la parte occidental de Andalucía. De hecho, aquí en Andalucía operan todos los actores del sector. Esta empresa que comentas ha comprado un almacén para dar servicio en esa zona. Nosotros ya tenemos allí almacén y llevamos más de 20 años dando servicio allí. Y en Cádiz llevamos más de medio siglo. No somos nuevos en la plaza y llevamos muchos años de dar servicio de esta provincia.
¿Queda espacio en vuestro sector para que Bidafarma crezca sustancialmente en los próximos años?
A.M. Tenemos una cuota provincial muy grande en todas las que operamos. En Cádiz, de donde hablábamos, puede rondar el 80%, por ejemplo. En Sevilla más del 90% o en Granada más del 80%. Ahí no vamos a poder crecer. Pero por ejemplo Cecofar tenía un almacén en Madrid antes de la fusión y la idea es potenciarlo. Todos los sitios donde estamos tenemos una cuota de mercado grande, y eso sí es único en nuestro sector.
A.P-O. Esto que dice Antonio es importantísimo porque te expresa el grado de fidelidad de la farmacia socia hacia nuestra cooperativa.
A.M. Y de confianza, porque esto no es un proyecto que hayamos decidido unos pocos. El apoyo promedio a la integración ha rondado más del 90% entre los socios. No recuerdo haber tenido ni tanta participación ni tanto respaldo de la masa social. Ha habido además una voluntad clara de hacer esta fusión ya que ha habido presidentes y directores generales que han dejado de serlo para permitir esta integración. Ha habido una bondad y solidaridad con las farmacias que yo creo que la historia lo reconocerá. ¿En qué sector se produce algo parecido? Gente que renuncie a sus puestos. Todos los que estaban ejerciendo en esas cooperativas lo hacían por vocación, con sentido de responsabilidad y de lealtad.
A.P.-O. El apoyo de las farmacias nos indica que estamos en el buen camino. Y teníamos que informar de este cambio tan grande en empresas de más de 80 años. Estábamos obligados a hacerlo. No digo que no hayamos sorprendido, pero es que la farmacia necesitaba un movimiento así.
¿Qué pensáis del sistema de subastas de medicamentos que sigue la Junta de Andalucía?
A.M. Los farmacéuticos andaluces, así lo hemos manifestado reiteradamente, no estamos de acuerdo con ellas. Pero tenemos la obligación de hacerle llegar el medicamento a las farmacias y ellos a los ciudadanos. Ese circuito es inalterable. Recientemente el Tribunal Constitucional ha dicho que tienen derecho las autonomías a hacerlas y las acatamos. Como siempre hemos hecho, porque ponemos al paciente en el centro de atención. Ahora bien, creemos que hay alternativa a las subastas, que se puede hablar de cosas diferentes. Y compatibilizar los intereses de la Junta, que son muy respetables, y los de la profesión farmacéutica. Y en este caso tenemos todas las herramientas: una gran red de farmacias, en torno a 4.000 en Andalucía, y una distribución farmacéutica que es líder nacional. Los andaluces, que debemos de mirar por nuestras industrias, por nuestras empresas, tendremos que preservar y poner en valor lo que tenemos. Nosotros ya hemos puesto las mimbres, ahora usémoslas. Estamos dispuestos a encontrar soluciones con las que todos nos sintamos cómodos. Las subastas, a la larga, están deteriorando el panorama de la industria de fabricantes de genéricos del país. Hay que buscar una solución para que ese deterioro no siga adelante, porque necesitamos como país una industria de genéricos que nos la podamos permitir. Y para hacerla sostenible lo que no podemos hacer es traer medicamentos de laboratorios o zonas que no repercuten en nuestro país. Hay que tener en cuenta el ahorro, pero también hay que ver a costa de qué. Quizá a la larga nos encontremos sin fabricantes de genéricos, de biosimilares o de otros productos como biosimilares. Seamos sensatos y lleguemos a soluciones que no deterioren a esos fabricantes españoles de genéricos.
A.P-O. Simplemente añadir que hay otros parámetros que hay que tener en cuenta. El problema de la subasta es que está implantada en Andalucía, que es un 20% del gasto farmacéutico, pero el riesgo es que se pueda extender a otras regiones. Para un ahorro cortoplacista estamos estropeando alomejor una industria que, a medio y largo plazo, seguro que va a dar más beneficios al país que el ahorro que generan las subastas. Tenemos que llegar a algún consenso, y se puede. No estamos en extremos, estamos más cerca de lo que parece, y debe haber voluntad política y de todos los agentes.