De esta forma, la Junta aporta un total de 43.023,59 euros para la actuación para el primero de los edificios y el importe de 69.958,83 euros en las obras de instalación del segundo. Dicho montante incluye los gastos de ejecución y los derivados de la redacción técnica de los proyectos.
Y es que El Programa de Rehabilitación Singular, al que se han acogido estas dos comunidades utreranas, subvenciona obras en zonas comunes de bloques de viviendas en los que al menos el nivel de renta del 50% de sus inquilinos no exceda en 2,5 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (unos 18.000 euros).
La materialización de las obras redundará en la mejora de la calidad de vida de sus inquilinos, que en su mayoría son de edad avanzada y que suelen presentar problemas de movilidad.
Las comunidades de vecinos acogidas a este plan ocupan edificios con una antigüedad superior a los diez años y en los que la superficie destinada a vivienda representa al menos el 80% del total. En el caso de que las ayudas se destinen a la instalación de ascensores (como es este), el inmueble debe contar con cuatro o más alturas.