Unas 150 personas solicitan la desmilitarización de la Base Naval de Rota
Ignacio García entiende que los gastos militares deben ser desviados para partidas sociales
Julio Acale entiende que el enemigo, el mercado de las armas, es complicado de abatir
Willy Meyer destaca que ?los americanos deben irse a su país y replegar las bases?
La polémica sobre la desmilitarización de las bases americanas en España sigue siendo un tema a debate en muchos círculos de activistas y personas comprometidas con la paz y la solidaridad, y no deja de ser la razón de ser de la Marcha a Rota, que esta año ha cumplido su XXIV edición.
En esta ocasión fue un día bastante caluroso el que acompañó a unas ciento cincuenta personas que partieron poco después de las doce del mediodía del parque Calderón, con el objetivo de llegar, dos horas después, hasta las cercanías de la Base Naval de Rota. Por el camino, como ocurre siempre y bien destaca el coordinador local de Izquierda Unida, Julio Acale, se unieron algunas personas a esta protesta.
Acale fue claro, asegurando que “no sé cuando conseguiremos echar a los americanos ni hacer de la base una plataforma de solidaridad pero creemos que es de justicia lo que pedimos”. Que la marcha “salga de El Puerto es ya una tradición, y recuerdo cuando la quedada era en el parque de la Victoria y se fraguaba la OTAN y la participación de España. Aunque ahora no se perciba tanto la virulencia de las bases militares, están para someter al tercer mundo, y si el pacto de Varsovia se diluyó, debió hacerlo también la OTAN, que sólo cambió sus límites de actuación”, entiende.
Apunta Acale que “los conflictos deben resolverse de manera no violenta, pero a pesar de que la realidad sea triste, lo que está detrás es el negocio de las armas, que mueve mucho dinero”. Apunta que “la realidad es que todo se transforma”, y quizás la situación no es la misma que la de las primeras marchas, pero “la propia estética militar se camufla, pero sí han aumentado la capacidad del puerto de Rota, es porque quieren tener mayor espacio de intervención”, lo que va en contra de la pretensión de los movimientos que piden que se reduzca el poder de estas bases militares. Asegura que “el enemigo es poderoso por eso hay que tener paciencia revolucionaria, que es la que debe caracterizar a los movimientos de izquierdas, pero nunca dejarse vencer”.
Como en otras ocasiones, fueron distintos los dirigentes de Izquierda Unida que quisieron unirse a esta marcha.
Así, participaron el coordinador general, Cayo Lara, el europarlamentario Willy Meyer, el coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, el parlamentario andaluz Ignacio García y el coordinador provincial, Manuel Cárdenas. Por El Puerto estuvieron también los concejales del grupo municipal, Pepa Conde y José Manuel Vela.
Meyer destaca que “como todos los años el contexto es que los americanos se vayan a su país y replieguen las bases americanas”, porque “Europa debe ser un espacio con un sistema de seguridad propio, planteando la desmilitarización urgente de estas bases y la reducción del gasto militar”, que es bastante elevado, así como “exigir la retirada de las tropas de Afganistán, que es una ratonera, y una salida al conflicto de Palestina”. En este contexto, señala, se puede mover “la Europa de la paz”. Estos son algunos de los argumentos que el europarlamentario lleva al foro de las elecciones europeas, próximas a celebrarse.
Ignacio García confía en que la marcha celebrada ayer “sea un paso más ante la irracionalidad de utilizar las armas con un matiz bélico”. También destaca que este año la marcha viene además marcada por una crisis económica que “está haciendo que mucha gente lo pase mal, por eso es bueno que disminuya el gasto militar y aumente el gasto social”, como bien rezaban algunas de las pancartas desplegadas ayer durante el largo recorrido de la misma se solicitaba menor capital para el imperialismo y mayor aportación económica para ayudas laborales, escuelas y hospitales.
Participación
Julio Acale destaca que es importante y positivo que cada año sean más los jóvenes que se sumen a esta marcha, aportando el apoyo de un sector que muchos creen dormido, cuando no es así sino todo lo contrario, quedando patente ayer. Ignacio García deseó antes de la salida que “la participación sea buena, como otros años, porque hay voces razonables que siguen demandando paz y raciocinio, y eso debe escucharse”. Willy Meyer destacó que este año la convocatoria debía ser multitudinaria puesto que la situación de crisis hace aún más necesario que no se desvíen fondos para estas bases americanas.
La comitiva tomó la calle Aurora, Valdés, para continuar por la avenida de Fuentebravía, hasta llegar al punto final de la marcha. La presencia policial fue bastante alta, destacando un coche de Policía Local abriendo y cerrando el cortejo para regular el tráfico, y varios coches de Policía Nacional para controlar el buen desarrollo de la marcha.
En esta ocasión fue un día bastante caluroso el que acompañó a unas ciento cincuenta personas que partieron poco después de las doce del mediodía del parque Calderón, con el objetivo de llegar, dos horas después, hasta las cercanías de la Base Naval de Rota. Por el camino, como ocurre siempre y bien destaca el coordinador local de Izquierda Unida, Julio Acale, se unieron algunas personas a esta protesta.
Acale fue claro, asegurando que “no sé cuando conseguiremos echar a los americanos ni hacer de la base una plataforma de solidaridad pero creemos que es de justicia lo que pedimos”. Que la marcha “salga de El Puerto es ya una tradición, y recuerdo cuando la quedada era en el parque de la Victoria y se fraguaba la OTAN y la participación de España. Aunque ahora no se perciba tanto la virulencia de las bases militares, están para someter al tercer mundo, y si el pacto de Varsovia se diluyó, debió hacerlo también la OTAN, que sólo cambió sus límites de actuación”, entiende.
Apunta Acale que “los conflictos deben resolverse de manera no violenta, pero a pesar de que la realidad sea triste, lo que está detrás es el negocio de las armas, que mueve mucho dinero”. Apunta que “la realidad es que todo se transforma”, y quizás la situación no es la misma que la de las primeras marchas, pero “la propia estética militar se camufla, pero sí han aumentado la capacidad del puerto de Rota, es porque quieren tener mayor espacio de intervención”, lo que va en contra de la pretensión de los movimientos que piden que se reduzca el poder de estas bases militares. Asegura que “el enemigo es poderoso por eso hay que tener paciencia revolucionaria, que es la que debe caracterizar a los movimientos de izquierdas, pero nunca dejarse vencer”.
Como en otras ocasiones, fueron distintos los dirigentes de Izquierda Unida que quisieron unirse a esta marcha.
Así, participaron el coordinador general, Cayo Lara, el europarlamentario Willy Meyer, el coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, el parlamentario andaluz Ignacio García y el coordinador provincial, Manuel Cárdenas. Por El Puerto estuvieron también los concejales del grupo municipal, Pepa Conde y José Manuel Vela.
Meyer destaca que “como todos los años el contexto es que los americanos se vayan a su país y replieguen las bases americanas”, porque “Europa debe ser un espacio con un sistema de seguridad propio, planteando la desmilitarización urgente de estas bases y la reducción del gasto militar”, que es bastante elevado, así como “exigir la retirada de las tropas de Afganistán, que es una ratonera, y una salida al conflicto de Palestina”. En este contexto, señala, se puede mover “la Europa de la paz”. Estos son algunos de los argumentos que el europarlamentario lleva al foro de las elecciones europeas, próximas a celebrarse.
Ignacio García confía en que la marcha celebrada ayer “sea un paso más ante la irracionalidad de utilizar las armas con un matiz bélico”. También destaca que este año la marcha viene además marcada por una crisis económica que “está haciendo que mucha gente lo pase mal, por eso es bueno que disminuya el gasto militar y aumente el gasto social”, como bien rezaban algunas de las pancartas desplegadas ayer durante el largo recorrido de la misma se solicitaba menor capital para el imperialismo y mayor aportación económica para ayudas laborales, escuelas y hospitales.
Participación
Julio Acale destaca que es importante y positivo que cada año sean más los jóvenes que se sumen a esta marcha, aportando el apoyo de un sector que muchos creen dormido, cuando no es así sino todo lo contrario, quedando patente ayer. Ignacio García deseó antes de la salida que “la participación sea buena, como otros años, porque hay voces razonables que siguen demandando paz y raciocinio, y eso debe escucharse”. Willy Meyer destacó que este año la convocatoria debía ser multitudinaria puesto que la situación de crisis hace aún más necesario que no se desvíen fondos para estas bases americanas.
La comitiva tomó la calle Aurora, Valdés, para continuar por la avenida de Fuentebravía, hasta llegar al punto final de la marcha. La presencia policial fue bastante alta, destacando un coche de Policía Local abriendo y cerrando el cortejo para regular el tráfico, y varios coches de Policía Nacional para controlar el buen desarrollo de la marcha.
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