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Cuando en ti me embarcaba, cuando tú navegabas…

Aún recuerdo ese 30 de agosto del 2011 cuando todo el mundo comenzó a decir que se había hundido el Vaporcito en Cádiz; nadie se lo creía (¡anda yaaaaa… se va a hundir…!), pero sí, se había hundido en el Muelle Reina Victoria. Todos, escépticos, no dábamos crédito a lo sucedido, se veían vídeos y fo

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Aún recuerdo ese 30 de agosto del 2011 cuando todo el mundo comenzó a decir que se había hundido el Vaporcito en Cádiz; nadie se lo creía (¡anda yaaaaa… se va a hundir…!), pero sí, se había hundido en el Muelle Reina Victoria.

Todos, escépticos, no dábamos crédito a lo sucedido, se veían vídeos y fotografías tanto en prensa escrita como en televisión, una lámina de agua y parte del techo y restos de la embarcación flotando en el puerto de Cádiz.

Durante 28 días estuvo hundido, fue reflotado y conducido a San Fernando y luego a la ciudad. Si eras curioso y te interesaba un poco el tema, podías ver como muchos vecinos se acercaban día a día para ver como empezaban a repararlo y a desmontar parte del mismo para su recuperación.

Actualmente el barco se encuentra en un pésimo estado de conservación, ya no por el hundimiento que sufrió, sino por el estado de dejadez y abandono que presenta. El Varadero Nuestra Señora del Rosario ha sido desmontado en su totalidad en estas últimas semanas y sólo queda el cerramiento y, en el centro del mismo, el que fuera embajador y emblema de la ciudad desde hace años.

Dista mucho el logotipo que teníamos de una simpática silueta de la embarcación surcando las aguas del Guadalete acompañado de tres gaviotas a la que tenemos en al actualidad, un cascarón de madera corroído y falto de pintura, sin techo y medio tapado con una telas roídas por el sol.

No se a qué se está esperando para pedir subvenciones o para empezar con la expropiación de un BIC que no está en las condiciones que debiera. La verdad que, desde mi punto de vista, el barco nunca volverá a navegar y es un camelo que nos cuentan para tenernos callados. Imagino que lo que están esperando es su venta al Ayuntamiento o a la Junta para deshacerse de la mítica nave.

No es normal el tiempo que el barco lleva parado, porque desde hace más de un año el barco está tal cual. Lo único que espero y deseo es que si el barco no vuelve a navegar, por lo menos se le arregle y se coloque dentro de algún casco de bodega para conformar parte del futuro museo del mar, ya que si lo colocan en una glorieta acabará como la carabela “La Niña” o lo que queda de ella. “Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera”. Rafael Alberti.

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