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El sexo y el 'sexo'

El sexo. ¿A quién no le gusta? Últimamente no hago más que hablar del tema. Pienso que cuando alguien está bien a todos los niveles lo que más quiere es ?afecto?. Por el contrario, con el espíritu taciturno, la azotea del revés y, o en lo físico una pena en lo que menos se piensa es en él.

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El sexo. ¿A quién no le gusta? Últimamente no hago más que hablar del tema. Pienso que cuando alguien está bien a todos los niveles lo que más quiere es ‘afecto’. Por el contrario, con el espíritu taciturno, la azotea del revés y, o en lo físico una pena en lo que menos se piensa es en sacar tiempo para él.

Aprecio, eso sí, que existen diferencias de pareceres que pensé que no eran tan diametralmente opuestas. Me refiero a lo sorprendente que le resulta aún a muchas personas que una relación sexual pueda provocarse con el sólo roce de una mano, una mirada indiscreta o un resumen breve y atrozmente sencillo de un gesto, cualquiera, que desencadene en la horizontalidad de los cuerpos. Hay gente a la que esto le parece impensable. El rito, entienden, lleva tiempo. Como una costumbre que es, esta idea bebe de la cultura, Santa Madre Iglesia mediante.

No lo critico. No lo entiendo. Es sencillo ‘pelar’ las capas de cebolla que nos llevarían al núcleo de la cuestión. Si el sexo se emplea como una acción más del cuerpo, una acción capaz de beneficiar en lo físico y lo psicológico más aun que muchos de los tratamientos que los médicos nos recomiendan, ¿por qué no usarlo ya, sin más demora, en este momento? ¿Por qué meses de liturgia que acabarán, en la mayoría de los casos (está demostrado), en una mala experiencia en la cama con la otra persona? ¿Por qué no normalizarlo, hacerlo útil, desprenderlo de la falsa moral que lo discrimina?

¿Por qué?

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