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Sábado 20/04/2024  

La escritura perpetua

Luis Berlanga

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Luis Berlanga cultivó en su madurez y vejez una cabeza rococó y plata como de romano feo. En su cine, Berlanga supo encontrar el forro de ‘Pepito Piscinas’ -con Fernando Esteso-, películas éstas, las denominadas españoladas, que realmente retrataban la España de entonces, pero en plan guionizado y cursi, porque lo cursi, como
decía Ortega, abriga, y en aquella España hacía mucho frío, al menos estético.


Luis Berlanga despejó de paja y cursilería ese tipo de cine y recubrió sus películas de talento y verdad, filmó España tal y como era, porque él nos veía palabrones y entrañables, provincianos y masivos, excesivos siempre, quitándonos la palabra unos a otros, porque ese vicio español de hablar todos al mismo tiempo, que de manera acertadísima reprodujeron sus personajes, es uno de los hallazgos que mayor densidad narrativa dio al cine de este director superlativo. Francisco Umbral escribió en cierta ocasión: “Novelista de medio siglo español, Luis Berlanga inaugura un género tan importante como el esperpento de Valle o el capricho de Goya: el cachondeo”. Efectivamente, LGB hizo el aguafuerte crítico, sentimental, emocionado y veraz, de una España en ruinas, pero lo recubrió todo de humor e ironía, con personajes que iban y venían hablando compulsivamente detrás de un negocio fullero o de una rubia imposible. De la personalidad auténtica de Luis Berlanga se sabe poco o todo es contradictorio. Él así lo buscó. No tenemos certeza sobre si fue un erotómano o un místico. O un místico del erotismo (’Tamaño natural’). Luis Berlanga, sí, se esforzó siempre por transmitir la imagen de hombre aficionado a saborear esos viejos juegos eróticos del tanguita rojo, las medias negras ceñidas al muslo, los zapatos con tacones de aguja y los pezones nacarados que se adivinan bajo la blusa de alguna señorita con frío. Pero Luis Berlanga siempre mostró un miedo compulsivo a la muerte. Una vez dijo: “Me apunto a la mixtificación y al engaño; los niños vienen de París; esto no es un cáncer, sino un simple resfriado. No acepto la muerte.
La muerte no existe”. Pero la muerte no es un juego, como lo fueron algunas de las excepcionales películas de este creador impar. Pronto se cumplirá un año de la muerte de Luis Berlanga. Qué solos nos estamos quedando.

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