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La Pasión

Daniel Albarrán: “Siento que 2024 ha sido el año de mi consagración”

Hablamos con Daniel Albarrán, uno de los compositores que más éxito ha cosechado este año con el estreno de su marcha ‘El Mayor Dolor’

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  • Daniel Albarrán al piano -

Sencillo, humilde y alegre, plasmando en el cara a cara lo que habitualmente hace en el papel con su música. Así es Daniel Albarrán, uno de los compositores más en forma de la actualidad y que este 2024 ha traído bajo el brazo una obra absolutamente magnánima, "El Mayor Dolor", con la que adeptos y crítica han coincidido en que es una de las mejores obras que se han compuesto en los últimos años. Con él conversamos, para saber cómo ha vivido este proceso y qué está cimentando de cara al futuro. 

  • Ahora que han pasado 12 años desde La Paz, ¿qué queda de aquel Albarrán que era más músico que compositor?

La ilusión. La ilusión que sentí la primera vez que me puse delante de una partitura en blanco para escribir, se ha mantenido. Sí, es verdad que a lo largo de los años he ido pudiendo profundizar en este arte y lógicamente el nivel que tengo hoy no es el que tenía en aquel entonces, pero la ilusión es igual.

  • En esos días de autodidacta, ¿te sentiste apartado en algún momento?

No, porque no estaba nunca mirando hacia ningún lado. Tenía 15 años y escribía con la ilusión de un niño que soñaba ser compositor, pero que lo veía muy lejano. Luego, ya cuando a los 21 años pude estrenar ‘Guadalupe’, lo que me dio tiempo fue a disfrutar cada paso que yo iba dando, pero nunca me he centrado en lo que hacen los demás más allá de disfrutarlo.

  • Podría decirse entonces que siempre has sido un poco el ojito derecho de la Sevilla cofrade…

Yo siempre me he sentido muy afortunado en ese sentido; no sé si esto es algo que ha venido por algo en especial. Los caminos no se eligen y me ha tocado este y solo puedo agradecérselo a la vida.

  • ¿Cuándo crees que llegó ese primer reconocimiento en el que pasaste de aficionado a promesa?

Ahí entra lógicamente Francisco Javier Gutiérrez Juan; cuando él apuesta con mi música, hay un cambio brutal porque hay muchos que me miran con otros ojos. No es ya alguien que se inicia en la música, sino que estaba siendo respaldado por la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla y un director como Gutiérrez Juan… que apuesten instituciones de este calibre por ti no es cualquier cosa.

  • Entre tus marchas nos encontramos nombres como ‘La Emperatriz Hispana’, ‘Verbum Dei’ o ‘La de los Ojos Azules’… Nombres algo peculiares, pero ¿los eliges tú o son obra de quien te los encarga?

No son como tal un elemento de marketing (ríe). Siempre le he dado mucha importancia a los títulos porque son la primera vía para comprender o ver hacia donde va encaminada una obra que, además, suele ser sin letra. Lo único en lo que te puedes basar para imaginar algo de lo que quiere decir el autor, es el título.

Luego hay que entender que los títulos tienen esa parte comercial que pueden hacer que la música llegue antes o después. Pero sinceramente, muchas veces ha sido algo que ha surgido de forma intuitiva. El caso de ‘La Emperatriz Hispana’, llevaba meses hablando sobre esto con el Grupo Joven de Las Aguas y en una de las misas en las que yo salí de acólito en Las Aguas oficiada por Sánchez Dalp, recuerdo que durante la homilía desconecté por completo hasta que vi al hombre diciendo: “porque ella es La Emperatriz Hispana” y ahí me vino el fogonazo y lo vi claro.

Es curioso que he compuesto las marchas alegres de mi repertorio en momentos duros de mi vida y a la inversa

  • A este respecto, que mucho se habla sobre ello, quién debe poner el nombre de la marcha, ¿el padre de la obra o quién la encarga?

Muchas veces depende. A mí me gusta escuchar a las personas que encargan las obras y ver qué idea tienen. De la música me gusta que me digan unas ideas, pero con el título me gusta que me aconsejen títulos y si veo que es adecuado, no suelo tener problemas, pero siempre intento que haya consenso entre ambas partes.

  • Y con la música… ¿Eres igual o eres un poco más intransigente?

En ese caso me cuesta más. Soy muy seguro con lo que estoy escribiendo e intento que lo que hago a mí me llegue y cuando estoy convencido que eso pasa, me cuesta mucho aceptar ese tipo de críticas en las que se quiere que se cambie partes de la obra.

  • Este 2024 la crítica se ha puesto en pie contigo por ‘El Mayor Dolor’, ¿qué ha supuesto para ti?

Yo siento que 2024 ha sido el año de mi consagración pero no lo esperaba. Sé que todo vino con ‘El Mayor Dolor’ pero este es un caso especial. Cuando termino esta marcha, yo me derrumbé a llorar y sabía que tenía algo especial, pero nunca imaginaría que una marcha de este corte fúnebre, que cuesta mucho más que llegue al público, de repente explotó.

El día del estreno me hervía el móvil de notificaciones y mensajes que incluso llegó a ser inabarcable, ha sido muy especial.

  • Y dadas estas características, ¿por qué crees que ha calado tan rápido?

No lo sé, si te digo la verdad. Soy consciente de que la obra trata de forma muy directa las emociones que yo sentía y cuando no se intenta adornar mucho un mensaje, cuando es claro, tiene más posibilidades de llegar. Esto es lo mágico que tiene el arte; cuando más lo esperas, no sucede nada y cuando menos lo esperas, es cuando sucede todo.

  • ¿Por dónde hay que pasar para llegar a hacer una composición tan oscura? ¿Cómo se puede hacer una obra así?

Para mi es el camino de una depresión; desde que llega hasta que se supera. A nivel de concepto emocional, la obra comienza en la oscuridad y confirme avanza, encuentra ese camino hacia la luz que además, creo, es bastante notorio. Creo que eso hace que la gente conecte con lo que yo iba sintiendo mientras lo hacía. 

  • Tenemos reciente el caso de ‘Miradlo en la Cruz’, que también salió como fruto de una depresión por la que pasó David Hurtado… ¿Se escribe mejor en un estado anímico malo?

A veces sí y a veces no; todo depende del momento y de la situación. Es curioso que he compuesto las marchas alegres de mi repertorio en momentos duros de mi vida y a la inversa; marchas que son mucho más sensibles y delicadas, se han compuesto en algunos de los mejores momentos de mi vida.

Sí que es verdad que en esas etapas tan complejas que pasamos algunas veces, salen las obras de mayor carga emocional y eso acaba llegando.

  • Y ahora que hay más luz en ese camino, ¿qué tienes por delante?

Por un lado, está el estreno de ‘Carmen’ con la Banda de Música del Maestro Tejera, que esperemos que sea en los próximos meses, también están los estrenos recientes de ‘Pasa la Virgen de la Paz de Málaga’, para la Virgen del mismo nombre y ‘Madre, Reina y Soberana’, que es el himno de la Coronación Canónica de la Virgen de los Dolores de Brenes. 

Además, tengo el encargo de la marcha de Coronación Canónica de la Virgen de la Estrella de Coria y algún que otro proyecto del que aún no puedo dar muchos detalles.

Fuera de la Semana Santa, pronto se estrenará mi primera obra de carácter sinfónico que le he dedicado a la Banda de la Cruz Roja, por la obtención de la medalla de la ciudad de Sevilla, el poema sinfónico, ‘A Orillas del Guadalquivir’, que se anunció hace unos días.

  • ¿Y cómo se gestiona la mente para componer tanto?

Es complejo, sobre todo cuando llegas a una buena cifra de obras compuestas, conlleva un trabajo de saber reciclarte, ser muy crítico contigo mismo y no quedarte con lo fácil que puedes hacer, sino buscar la excelencia. Si tú no tienes esa marca contigo mismo para hacer algo mejor que lo anterior, es muy complicado poder avanzar en este camino.

  • Por último… ya que preguntar por una marcha preferida está tan visto, hagamos como el Dr. Frankestein… ¿qué partes tendría tu marcha perfecta?

Es buena pregunta, no sabría decirte sobre este collage, porque hay mucho. Quizás si nos acogemos a lo que es la forma marcha clásica con las partes que todos conocemos, podríamos definirlo como el comienzo de ‘Pasa la Virgen de la Candelaria’, que el juego que hace con la percusión me tiene maravillado, la parte central de ‘Pasa la Virgen Macarena’ de Gámez Laserna, el fuerte de bajos de ‘La Esperanza de Triana’, de Farfán y el trío de ‘Miradlo en la Cruz’, la última de David Hurtado.

Sinceramente, si lo uniésemos todo, posiblemente no tendría mucha coherencia, pero sí que es cierto que técnicamente obtendríamos una marcha perfecta.

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