Está disponible con dos carrocerías distintas, tres y cinco puertas, con unos precios que parten de los 20.032 euros del tres puertas y los 23.489 de de cinco. Aunque es bastante dinero, es un precio razonable para lo que obtenemos a cambio.
Según qué carrocería escojamos, tendremos acceso a unos motores u otros. Si preferimos el Grand Vitara de tres puertas, podremos escoger entre un diésel de 129 caballos o un motor de gasolina de 106. No es que la marca nos dé muchas opciones, pero con estos dos propulsores quedarán cubiertas la mayoría de las necesidades. De todos modos, hay que mencionar que si escogemos la versión de gasolina de 106 caballos no contaremos con reductora. Este es el único motor de la gama Grand Vitara que no la incorpora. Si que tiene, como toda la gama Grand Vitara, tracción a las cuatro ruedas.
Si, en cambio, optamos por el cinco puertas la cosa cambia y tendremos más donde escoger. En gasolina podremos elegir entre 140, 169 y 232 CV, y si preferimos diésel sólo nos ofrecerán la misma opción que en tres puertas: 129 CV. La versión de 232 caballos sólo se ofrecerá a los compradores conjuntamente con una caja de cambios automática de cinco relaciones. Si escogemos la versión de 169 caballos podremos escoger entre una caja de cambios automática de cuatro relaciones o una manual de cinco que es, por otra parte, la caja de cambios básica de la gama. Incorpora reductora en todos los casos, salvo, como antes mencionamos, en el gasolina de 106 caballos.
Los dos motores superiores de la gama de gasolina, el de 169 y el de 233 son nuevos en el modelo, al que Suzuki acaba de darle un pequeño lavado de cara que pasa por los anterioremente mencionados nuevos propulsores, algunos retoques estéticos y mejoras en el sistema de frenado (casi todas las versiones llevan ahora cuatro frenos de disco.
Son unas modificaciones interesantes que le hacen también más silencioso (lo que mejora el confort en ruta) y mejora su comportamiento dinámico. Estéticamente no hay demasiada novedad, cambios en la parrilla (que hacen que el Grand Vitara sea ahora unos tres centímetros más largo), más colores donde elegir para la carrocería, cambios en las llantas y unos nuevos retrovisores con los intermitentes integrados. En el interior, los cambios afectan a las tapicerías y a un ligero re-styling del salpicadero y los mandos de control que, por otra parte, no es demasiado profundo.
Con estos pequeños retoques, y los que vayan viniendo, la marca espera que el modelo siga siendo líder del mercado hasta que dentro de dos o tres años sea reformado completamente. Probablemente lo siga siendo, pues tiene una relación entre calidad, prestaciones y precio magnífica.
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