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Andalucía

El acogimiento familiar: una labor "más fácil de hacer que de pensar" que cambia vidas

La presidenta de la federación sostiene que para ser familia de acogida "lo único que hace falta es ser capaces de ensanchar un poquito el corazón"

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  • Un grupo de niños durante una actividad en un colegio. -

Convertirse en familia de acogida supone embarcarse en un proyecto "arduo a la vez que apasionante" que tiene la capacidad de cambiar vidas y que resulta "más fácil de hacer que de pensar", pero para el que, a día de hoy, siguen faltando hogares y voluntarios.

"Hay menos familias que niños", asegura a EFE Charo Morales de Coca, presidenta de la Federación Andaluza de Familias de Acogida y Colaboradoras con motivo de la celebración, este viernes, del Día Mundial del Acogimiento Familiar, en el que apuesta por más campañas de sensibilización para que los menores declarados en desamparo, "en vez de estar en un centro, vivan en un ambiente familiar".

Esto puede ocurrir en tres modalidades: la urgente, con una situación extrema en la que se retira al niño y luego se estudia qué ha pasado; la temporal, en la que en unos 18 meses debería estar resuelto cuál va a ser el estatus del menor; y la permanente, en la que ya se ha decidido que su destino sea la acogida hasta los 18 años.

La presidenta de la federación sostiene que para ser familia de acogida "lo único que hace falta es ser capaces de ensanchar un poquito el corazón" y recuerda que en Andalucía la tutela de esos niños la mantiene la Junta.

"Nosotros somos los guardadores que, al margen de lo que diga la ley, les queremos muchísimo, generamos vínculos con ellos y procuramos recuperarlos y sanarlos para que puedan seguir siendo niños", afirma.

Según los datos de la federación, que engloba a nueve asociaciones andaluzas -una por provincia y una segunda en la de Málaga- en 2023 había en esta comunidad 2.306 menores acogidos en centros y 2.419 en familias, de los que 1.441 estaban con su familia extensa y 978 ajenas.

Trabajar con las familias biológicas

Satisfecha con la ley de Infancia aprobada en Andalucía en 2021, Morales de Coca cree que parte de su contenido está aún por desarrollar y así se lo ha transmitido a la Junta en una reciente reunión. "La ley fue aire fresco porque nos hicieron partícipes y nos considera actores importantes", resalta, aunque reconoce que "no es perfecta".

Ahora solicitan, entre otras cosas, que se trabaje con las familias biológicas ya que "lo ideal sería que estas se recuperen y el niño pueda volver con ellas", e inciden en otros aspectos, como que puedan verse los hermanos que están tutelados en diferentes modalidades del sistema de protección.

Creen que hay que mejorar también la atención psicoterapéutica de los menores buscando procedimientos que aceleren su acompañamiento y diagnóstico, y ven necesario poner medios para la integración plena de los extutelados.

Morales de Coca sostiene que "la gran mayoría de las familias podrían ser acogedoras" y que el perfil de una familia de acogida "no es diferente del de una biológica; simplemente hay que abrir un poco la forma de vida y la mente para tener a una personita en casa y hacerle un hueco en nuestro vivir cotidiano".

Niños con necesidades especiales

María Herrera, madre biológica de cuatro hijos ya mayores de edad, tiene en acogida a dos menores y ha solicitado la llegada de un tercero, todos con necesidades especiales, un proceso en el que a las familias se les pide tener formación a nivel sanitario o educacional, puesto que suelen tener una discapacidad o enfermedades degenerativas.

En 2015, y después de tiempo de experiencia como acogedora, solicitó el cambio de estatus de idoneidad gracias a su formación como educadora y consciente de que "estos niños necesitan más recursos, apoyos escolares, terapias y estudios diferentes".

"Es más complicado para ellos encontrar una familia. Muchas veces van creciendo y se van haciendo mayores pero siguen siendo chiquititos de mente y de autonomía", resalta Herrera, que lamenta que la situación económica de la familia influya en la ayuda que recibe el menor.

Así ocurre, detalla, con las becas de necesidades especiales, que llegan a aquellos que están en centros de menores pero no a los acogidos por familias, que tampoco reciben el doble en el caso de tener a dos niños con ellas, "cuando la ayuda corresponde al menor, no a la familia".

Opina que, aunque Andalucía ha avanzado mucho en los últimos años, se encuentra todavía "a años luz" de comunidades como el País Vasco o Navarra y apuesta por actividades como el 'Día del pijama', con la que una vez al año los centros escolares buscan sensibilizar sobre la importancia de estar con una familia. 

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