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Reinoso insta a no abrir nuevos bares en cuatro zonas de Jerez

El Defensor del Ciudadano pide que sean declaradas como zonas acústicamente saturadas

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  • Los problemas de ruido han sido analizados por la Oficina del Defensor en un amplio documento.
El Defensor del Ciudadano, Francisco Reinoso, pidió este jueves al Ayuntamiento la declaración como Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de Las Delicias, Chapín, Madre de Dios y el entorno de la avenida Álvaro Domecq, que concentran el 76 por ciento del total de las quejas presentadas por los jerezanos en materia de contaminación acústica.

Esta medida tendría como primera consecuencia la imposibilidad legal de otorgar licencias de apertura a negocios vinculados con la hostelería, especialmente bares de copas, discotecas y similares. La iniciativa debe enmarcarse en el mapa de ruido que el Ayuntamiento tendrá que elaborar antes de 2012 y vendría a recuperar una medida que se ya se puso en marcha hace algunos años tras las denuncias presentadas por los vecinos del entorno de la plaza del Caballo y la avenida de Méjico y de la avenida de Lola Flores.

La propuesta del Defensor del Ciudadano se enmarca en un informe sobre contaminación acústica que pone de manifiesto que los problemas provocados por el ruido acaparan buena parte de las quejas que trasladan los vecinos. Más del 60 por ciento de las denuncias por ruido tienen su origen en actividades de ocio, entre las que se incluyen los bares, discotecas o concentraciones juveniles y lúdico-festivas.

En la mayor parte de los casos, las quejas son presentadas por los ciudadanos de manera individual (59 por ciento) o por grupos de vecinos (32 por ciento). Sólo el 5,97 por ciento de las quejas fueron promovidas por asociaciones de vecinos.

En el 90 por ciento de los casos se realizaron inspecciones municipales, aunque sólo en la mitad de las ocasiones se practicaron mediciones de ruido. La Policía Local intervino en el 85 por ciento de los casos.

El hecho de que el Ayuntamiento haya atendido las recomendaciones de la Oficina del Defensor del Ciudadano no ha significado que los problemas se resolvieran de manera definitiva. En algunos casos, la tramitación de expedientes sancionadores fue recurrida por los supuestos infractores, permaneciendo mientras tanto el problema.

Por otro lado, el informe admite que a veces las sanciones económicas interpuestas finalmente no han sido suficiente para disuadir a los infractores de sus prácticas, dándose casos en los que ha sido necesario reiniciar actuaciones sancionadoras debido al cambio de la titularidad de los negocios.

Con independencia de la contaminación acústica que provocan estos locales, Reinoso advierte de la necesidad de corregir el “incivismo” de los ciudadanos cuando abandonan las discotecas o locales de celebraciones, que provocan múltiples molestias a los vecinos a pesar de que los establecimientos cumplan la normativa vigente.


El Defensor pide “respeto” entre los propios vecinos


Los problemas entre vecinos son la tercera causa de queja, sólo por detrás de los ruidos provocados por los bares y restaurantes o las instalaciones industriales. Reinoso ha constatado que las quejas por contaminación acústica provocadas entre vecinos tienen su origen “en la creencia de algunos ciudadanos de que en el interior de sus viviendas pueden hacer lo que quieran: altos volúmenes de aparatos de música, fiestas ruidosas hasta la madrugada, arrastre diario de muebles...”.

El Defensor del Ciudadano recuerda a este respecto que “la libertad de actuación dentro del propio domicilio tiene su limitación en la vulneración de los derechos de los vecinos”, algo que es “básico de educación y ciudadanía”. El informe anima a los jerezanos a ser “respetuosos con los vecinos, bajando un poco el volumen de los equipos de música o televisores”, al tiempo que insta a la Administración local a ejercer “más control en la aplicación de las leyes y a disponer de más medios y procedimientos más eficaces para poner cerco al ruido”.

Francisco Reinoso anima a los afectados por estos comportamientos incívicos a cursar las correspondientes denuncias ante el Ayuntamiento, que es la administración competente en la materia. En este sentido, el Defensor considera necesario la apertura de una especie de ventanilla única que centralice este tipo de denuncias, ya que actualmente son cuatro las delegaciones municipales con competencias en materia de ruido. Además, se echa en falta un protocolo de actuación que permita derivar, canalizar y hacer seguimiento de estas actuaciones.

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