Pulido inicia una nueva vida en Jerez tras su deportación
El disidente cubano fue recibido por varios familiares a su llegada a la estación de Jerez
El disidente cubano Alfredo Pulido llegó este miércoles a la estación de Jerez al filo de las cuatro de la tarde, a bordo de un tren que partió de Madrid pasado el mediodía. De este modo, Pulido pudo reencontrarse con algunos familiares con quienes a partir de ahora disfrutará de su libertad. Eso sí, alejado de su tierra natal, de la que ha sido “deportado” por no comulgar con la doctrina del régimen castrista.
Nada más bajar del tren, Pulido se mostró satisfecho de estar al fin en “un país libre”, después de haber estado encarcelado durante siete años y cuatro meses acusado de perpetrar un “atentado contra la independencia y la soberanía nacional” cubana. “Nos decían que éramos mercenarios a sueldo de una potencia extranjera, cuando nunca ha hecho falta que nadie me pagara para oponerme al régimen totalitario que se está viviendo en Cuba desde hace cincuenta años”, explicó.
La felicidad que supone el reencuentro con algunos de los familiares con quienes compartió buena parte de su vida en Cuba contrasta con el “recuerdo” a los “compañeros” que “decidieron” permanecer encarcelados, en una actitud que consideró “muy digna”.
Una vez en libertad, Pulido tiene claro que seguirá “luchando” por la libertad del pueblo cubano “desde los foros internacionales”, lamentando en cualquier caso que su excarcelación no haya sido sino “una deportación”, ya que no se le ofreció la posibilidad de permanecer en Cuba. El disidente tiene previsto quedarse a vivir en Jerez, a donde se ha trasladado en compañía de su padre, su esposa, un hijo y dos sobrinos; teniendo además intención de retomar su profesión de médico que debió abandonar una vez que fue encarcelado.
De manera provisional, Alfredo Pulido, de 49 años de edad, se va a instalar en el domicilio particular de Olga Rodríguez, que es la tía de su esposa Rebeca. El primer objetivo, antes incluso que el de volver a ejercer la medicina, es “recuperar la salud”. “Está muy desmejorado e incluso se le han caído los dientes”, apostilló Olga Rodríguez, que hasta hace unos días no daba crédito a la liberación de su sobrino político.
Tanto Alfredo Pulido como su familia cuentan en cualquier caso con el respaldo de Cruz Roja, del Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) y de la Asociación Comisión Católica de Emigrantes (ACCEM).
En los próximos días se espera la llegada a España de más opositores cubanos del grupo de 52 presos políticos que el régimen castrista se ha comprometido a excarcelar antes de que acabe octubre.
Todos ellos son integrantes del llamado Grupo de los 75, que fueron condenados a prisión en 2003 a raíz de la ola represiva en la llamada Primavera negra acusados de “subvertir el sistema y atentar contra los principios de la revolución” cubana.
Nada más bajar del tren, Pulido se mostró satisfecho de estar al fin en “un país libre”, después de haber estado encarcelado durante siete años y cuatro meses acusado de perpetrar un “atentado contra la independencia y la soberanía nacional” cubana. “Nos decían que éramos mercenarios a sueldo de una potencia extranjera, cuando nunca ha hecho falta que nadie me pagara para oponerme al régimen totalitario que se está viviendo en Cuba desde hace cincuenta años”, explicó.
La felicidad que supone el reencuentro con algunos de los familiares con quienes compartió buena parte de su vida en Cuba contrasta con el “recuerdo” a los “compañeros” que “decidieron” permanecer encarcelados, en una actitud que consideró “muy digna”.
Una vez en libertad, Pulido tiene claro que seguirá “luchando” por la libertad del pueblo cubano “desde los foros internacionales”, lamentando en cualquier caso que su excarcelación no haya sido sino “una deportación”, ya que no se le ofreció la posibilidad de permanecer en Cuba. El disidente tiene previsto quedarse a vivir en Jerez, a donde se ha trasladado en compañía de su padre, su esposa, un hijo y dos sobrinos; teniendo además intención de retomar su profesión de médico que debió abandonar una vez que fue encarcelado.
De manera provisional, Alfredo Pulido, de 49 años de edad, se va a instalar en el domicilio particular de Olga Rodríguez, que es la tía de su esposa Rebeca. El primer objetivo, antes incluso que el de volver a ejercer la medicina, es “recuperar la salud”. “Está muy desmejorado e incluso se le han caído los dientes”, apostilló Olga Rodríguez, que hasta hace unos días no daba crédito a la liberación de su sobrino político.
Tanto Alfredo Pulido como su familia cuentan en cualquier caso con el respaldo de Cruz Roja, del Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) y de la Asociación Comisión Católica de Emigrantes (ACCEM).
En los próximos días se espera la llegada a España de más opositores cubanos del grupo de 52 presos políticos que el régimen castrista se ha comprometido a excarcelar antes de que acabe octubre.
Todos ellos son integrantes del llamado Grupo de los 75, que fueron condenados a prisión en 2003 a raíz de la ola represiva en la llamada Primavera negra acusados de “subvertir el sistema y atentar contra los principios de la revolución” cubana.
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