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El Loco de la salina

Seremos locos, pero no primos

Bueno, y alguno se preguntará qué le pasa al 23 de julio. Pues que es pleno verano

Publicado: 04/06/2023 ·
18:37
· Actualizado: 04/06/2023 · 18:37
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Después de muchas temporadas sin vacaciones, los jefes que mandan en el manicomio habían decidido por fin llevarnos a los locos a la Costa Brava a ver si se nos pegaba un poco de bravura y salíamos de la torta que tenemos encima. Ya habíamos preparado las sombrillas, las sandías y hasta llevábamos cinco meses con los bañadores puestos. Sin embargo, el Presidente del desgobierno, no conforme con machacarnos la moral durante estos tres años y pico a base de agarrarse como una lapa al butacón, ha convocado de golpe y porrazo elecciones el día 23 de julio.Ya sabemos que el 23 es un número primo y también que estamos en el año 23, por lo que tenemos la impresión de que, a lo tonto a lo tonto, insistiendo en esa dichosa cifra, nos está poniendo de primos. Y nosotros seremos locos, pero no primos. Por otra parte, ya aseguró hace tiempo que no iba a poder coger el sueño si tuviera que gobernar con el que después se ha tenido que comer con papas. Se conoce que al no dormir bien se ha estado levantando sonámbulo todo el tiempoy en vez de tirarse por alguna ventana ha decidido que nos tiremos nosotros, cuando nos enteremos de lo del 23 de julio.

Bueno, y alguno se preguntará qué le pasa al 23 de julio. Pues que es pleno verano. Y ¿qué le pasa al verano? Pues que nos íbamos de vacaciones a la playita. Pues nada, a votar otra vez. Y el problema es que al pobrecito que piense irse de vacaciones ese día le puede tocar, así de sopetón, ir de presidente o de vocal o de suplente en una mesa y comerse el marrón, porque para eso sirven las mesas, para comer. Pero como a toda acción le sigue siempre una reacción, nos hemos enterado por ahí de que muchos paisanos andan como locos buscando millones de excusas para justificar que no pueden estar en ninguna mesa ese día ni amarrados a las patas. Como además las multas por no presentarse en una mesa, si te toca, son bastante gordas, ya está cundiendo el pánico y hay de todo a la hora de huir de la quema. Dicen que se van a alegar desde enfermedades impresionantes a las más variadas pamplinas que el cerebro humano imaginar pudiera. Incluso hay algunos que van a alegar que están locos de remate. ¡Hay que tener poca vergüenza sabiendo que los locos somos solamente los que estamos encerrados aquí todo el año pegados a la tapia y ganándonos el nombre a pulso!

Por eso, hasta tal punto ha llegado la tirria que le estamos cogiendo en el manicomio a tantas votaciones, que hemos organizado un concurso a ver quién es capaz de tirar más lejos una urna. Muchos creíamos que la democracia era votar de vez en cuando, pero ya estamos viendo que aquí no hay manera de parar. Y, como para la carrera de político no se pide ni siquiera el graduado escolar y además todo son ventajas, pues sigue creciendo el número de gente que se presenta a las elecciones, aumentan los partidos, hay más papeletas, más listas y listos, más lucha por apuntarse y en definitiva más moscas sobre la miel, y por tanto más votaciones para aclarar un panorama de locura.

Pero advertimos de que, como a los locos nos toque una mesa, nos vamos a presentar, la vamos a coger, nos la vamos a llevar a la playa y le vamos a poner encima la tortilla, el tinto y lo que nos dé la gana. A nosotros que nos olvide Pedrito.


 

 

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