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La manifiesta y triste inutilidad

Se pueden buscan mil argumentos para justificar que una ciudad como San Fernando no tenga dinero para acometer las obras de rehabilitación del Ayuntamiento o cualquier otra obra de ese calado...

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Se pueden buscan mil argumentos para justificar que una ciudad como San Fernando no tenga dinero para acometer las obras de rehabilitación del Ayuntamiento o cualquier otra obra de ese calado, aunque siempre habrá quien mire hacia atrás y saque a relucir los millones de euros gastados en obras pretendidamente faraónicas y que siguen sin terminarse. Pero independientemente de esas condiciones especiales de la ciudad, impedida para buscar dinero que no sea a base de subir los impuestos o de dar licencias de obras a diestro y siniestro sin tener en cuenta las consecuencias del pan para hoy y el hambre para mañana, está esa otra cuestión tan importante como todas las que se quieran poner como excusa. Es la falta de gestión, la inutilidad más manifiesta, la que ha hecho que el traslado de las dependencias municipales tardara dos años -ahora perdidos- y se gastaran unos tres millones de euros en hacer las cosas mal. Eso es para dimitir. Por inútiles.

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