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Rezar en Washington

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Mañana, 4 de febrero, nuestro Presidente volverá a reunirse con el anhelado Obama, el americano más admirado por nuestros socialistas, que ensalzan su primer año de mandato hasta límites increíbles, cuando la verdad es que ha sido más bien decepcionante, al quedar incumplidas muchas de sus promesas electorales (Guantánamo, Afganistán, reforma sanitaria, etc.) Su popularidad entre los estadounidenses ha caído vertiginosamente, estando ahora por bajo del odiado G. Bush en similares fechas.

Zapatero marcha a Washington con motivo de una conmemoración muy relevante entre los americanos: el llamado Desayuno Nacional de Oración, que cada año se celebra el primer jueves de este mes. Tiene lugar en el Milton, en donde se reúne una multitud de creyentes para orar, y está organizado por la Fellowship Foundation (más conocida como "La Familia"), en la que militan una serie de políticos conservadores de credo protestante. Ellos son los que, desde 1953, invitan al Presidente de los EE.UU. y a otras personalidades de relieve mundial. Por este foro han transitado muy diversas figuras, desde la madre Teresa de Calcuta hasta el ex presidente Tony Blair; la intervención del que fue premier británico resultó muy destacada, afirmando: "para miles de millones de personas, la fe motiva, compete e inspira, no a excluir, sino a abrazar". La fe ha sido el ritornello en la alocución de muchos oradores. Se espera con curiosidad la intervención de ZP, invitado sin duda por su condición de Presidente de la Unión Europea durante este semestre. Ya se ha apresurado a rechazar que el acto en cuestión tenga carácter religioso. Así pone en evidencia una vez más su ignorancia y su laicismo.
Porque oración proviene de oratio, expresión latina a su vez compuesta por oris y ratio, literalmente "la razón de la boca", según apuntaba San Isidoro. Aunque caben otras acepciones, orar es en esencia rezar, y así lo pregona en inglés el título de la convención (Prayer Breakfast). Orar ha sido una constante del hombre en todos los tiempos, al confesar su insignificancia frente a los fenómenos de la naturaleza, intuyendo la existencia de un ente creador. Rezar es establecer un contacto íntimo con ese Dios, reconociendo su omnipotencia y solicitando su favor. Mal puede hacerlo quien, como nuestro Presidente, actúa cual ateo militante. No obstante, su "sacrificio" (¡todo sea por Obama!) al asistir a un acto de creyentes debe ser valorado en su justa medida. Personalmente, en lugar de oír las letanías pacifistas de Zapatero en ese Desayuno, optaría de buen grado por escuchar "El Hombre Armado" (Una Misa por la Paz) del galés Karl Jenkins, en especial su estremecedor Benedictus. ¡Todo un alegato contra las guerras!

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