"Primero utilizó la pandemia y hoy nos ha quedado claro que ahora está dispuesto a utilizar la guerra”. Como suena. Así de redonda ha resonado ayer en el
Congreso de los Diputados la frase de
Cuca Gamarra, coordinadora general del
PP tras la salida forzada de Casado, al presidente del gobierno, que lógicamente ha enervado al los socialistas. Es decir, por parte de la dirección parlamentaria del grupo popular se está dando por sentado y comprobado -y por ello lo han manifestado públicamente por la portavoz popular- , en primer lugar, que el gobierno de
Pedro Sánchez ha utilizado la pandemia para su provecho político y electoral y que, tras eso, en segundo lugar, que empieza a utilizar en su beneficio, a partir de ahora, la invasión de
Ucrania por la Federación Rusa.
Decir eso significa dar por entendido que a Pedro Sánchez y al
PSOE le ha venido bien políticamente tanto la pandemia como el estallido de la guerra en Europa oriental. No se sabe si también, según esa sesuda interpretación, le sirvió al presidente la nevada, el volcán de La Palma y le servirá también la sequía que se puede convertir en el siguiente grave problema de España.
Hacer ese tipo de política tiene un nombre: política barata. Pero, por encima de esa denominación, plantea dudas sobre la voluntad del PP de iniciar un camino distinto del que recorría Pablo Casado. Cuca Gamarra era la persona de confianza de Casado en el Congreso de los Diputados después de la caída en desgracia de su anterior portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo. Fue sin embargo de las primeras en abandonarlo como buena persona de confianza que era. Se cumple a la perfección lo que cantaba Paco Toronjo en las sevillanas bíblicas refiriéndose a Sansón y Dalila: “Sirva de aviso, sirva de aviso, que a mayor confianza mayor peligro”.
Se está ante un proceso inflacionista motivado por la feroz subida del precio de los carburantes y del gas por la política de la OPEP y el mayor consumo tras la pandemia. La subida, en un país que no dispone ni de gas ni de pozos de petróleo, ni hace extracciones de esquisto, es inevitable por la deriva internacional. Todo es importado. Mientras que las renovables no suban extraordinariamente y se cambie la factura de la electricidad nos seguirá doliendo la cabeza