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Málaga

La organización: clave para evitar el despilfarro de alimentos en los hogares

Desde Bancosol organizan cada año charlas educativas para concienciar de esta problemática a los jóvenes malagueños

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  • Imagen de desechos alimentarios, área en la que se trata de concienciar a los más pequeños para tratar de reducir su cantidad en los hogares. -
  • El 29 de septiembre se celebra el Día Internacional de Conciencia de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos
  • En Málaga existen alternativas digitales para aprovechar aquello que va a la basura

Vamos a la compra con prisa, sin anotar bien lo que hay en la nevera y en la despensa o salimos a comer más de lo que deberíamos. En España se tiraron en 2018 casi 1.339 millones de kilos/litros de alimentos, un 8,9% más con respecto a 2017, tal y como apuntan los datos del panel que elabora el Ministerio de Agricultura. De esta cantidad, 313,7 millones de kilos/litros fueron a parar a la basura en Andalucía, un incremento del 9,9% en relación con 2017.  La falta de organización y concienciación sobre esta problemática juegan un papel importante para frenar estas cifras. Con el objetivo de reducir estos números, cada 29 de septiembre se celebra el Día Internacional de Conciencia de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.

En Málaga, el banco de alimentos Bancosol cumple una importante labor en este tema: la sensibilización en centros educativos. Cuatro profesores jubilados de la Universidad de Málaga (UMA), voluntarios del banco de alimentos, impartieron el curso pasado charlas en 21 centros educativos de toda la provincia, gracias a un convenio con la Delegación de Educación en Málaga, que les ha abierto las puertas a una gran parte de colegios e institutos, tanto públicos como concertados.. Los alumnos participantes, hasta 1º de la ESO, han de hacer un trabajo relacionado con el tema. “Es muy importante conocer la opinión de los niños, porque a través de su óptica tenemos una visión más amplia y podemos luchar contra este problema”, explica Diego Vázquez, presidente de Bancosol en declaraciones a Viva Málaga.

Rescate de alimentos

Otro de los problemas en esta dinámica es la cantidad de comida que tiran cada día los supermercados, tiendas y restaurantes en las ciudades. Para evitarlo nació, a nivel nacional, la aplicación ‘Too good to go’ (Demasiado bueno para tirarlo), que comenzó a operar en Málaga el verano pasado y a la que ya se han unido 130 tiendas de la provincia. Según detallan, hasta la fecha ya se han salvado 23.000 packs de comida. Entre las tiendas hay de todo desde panaderías, fruterías, a tiendas de comida para llevar, sushi, etc. El objetivo es que esa comida no acabe en el contenedor de basura y, para ello, se vende a un precio mucho más barato, siempre garantizando la seguridad y la calidad.

María Magdalena Flores es una joven malagueña que ha usado en varias ocasiones este servicio atraída, al principio, por los precios bajos. “Ojalá hubiera más oferta de comida sana y no tantas panaderías o comida rápida, pero sí es verdad que con su uso he reducido mucho el plástico, llevando bolsas de tela, intentando comprar lo justo y a granel siempre que sea posible, además de planificarme las comidas con tiempo para evitar tirar alimentos. Me parece una buena idea porque así ahorras al mismo tiempo que ayudas al planeta”, explica. 

Por su parte, Álvaro Rosales, antes del confinamiento, usó esta alternativa unas cuatro o cinco veces, principalmente para comprar fruta, "en general me ha ido muy bien", aunque afirma que "en una de las fruterías, la mayoría de lo que me vendieronvenía podrida", explica. Entre las técnicas que ha ido aprendiendo para evitar el desperdicio, se encuentra el cerrar los grifos mientras no los usa, tratar de comer alimentos próximos a su fecha de caducidad o "concienciar en casa y mi entorno sobre el desperdicio de los alimentos", afirma.

Durante la pandemia

Preguntado por consejos para atajar este problema, el presidente de Bancosol opta por la organización y la previsión, “sobre todo en estos tiempos tan convulsos”. El confinamiento ha podido ser un modo de ensayo para un estilo de vida enfocado al aprovechamiento de lo que compramos. “Entiendo, porque no hay informes, que se ha tenido que ser consciente. Al salir menos, se han aprovechado mejor los alimentos y esas salidas para comprar con cabeza”, explica.

Con dos sencillos pasos: organización y previsión, podremos hacer que bajen esas millonarias cifras de desperdicio de la comida, nuestro motor.

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