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sociedad

El papa: "Medidas demasiado drásticas no siempre son buenas"

La diócesis de Roma, que el miércoles decidió cerrar todas sus iglesias por el coronavirus, ha decidido este viernes reabrir todas las parroquias de la ciudad

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  • Papa Francisco. -

La diócesis de Roma, que este miércoles decidió cerrar todas sus iglesias debido a la expansión del coronavirus, ha decidido este viernes reabrir todas las parroquias de la ciudad. Esta determinación se toma después de que este viernes el Papa Francisco advirtiera a los sacerdotes de que "las medidas demasiado drásticas no siempre son buenas".

"El nuevo decreto contiene la indicación de dejar abiertas las iglesias parroquiales y las que son sedes de las misiones", subraya el nuevo decreto de firmado por el vicario general de Su Santidad para la diócesis de Roma, Angelo Cardinale De Donatis. Si bien, el resto de iglesias no parroquiales permanecerán cerradas y se dispensa a los fieles de asistir a la misa dominical hasta el 3 de abril.

Con una decisión "sin precedentes", De Donatis explica en una carta que, después de consultar al Papa Francisco, publicaron este jueves 12 de marzo un decreto que establecía el cierre de todas sus iglesias durante tres semanas. "No nos empujó a un miedo irracional o, peor aún, un pragmatismo desprovisto de esperanza evangélica sino la obediencia a la voluntad de Dios, que se nos manifestó a través de la realidad del momento histórico que estamos viviendo", subraya.

Si bien, según precisa De Donatis, han decidido revocar esta decisión después de las últimas recomendaciones del Papa Francisco. En concreto, el Pontífice ha señalado este viernes por la mañana en la misa de Santa Marta que los sacerdotes no deben dejar solos a los fieles y ha advertido de las medidas "demasiado drásticas" tomadas dentro de la Iglesia.

"Un encuentro posterior con el Papa Francisco, esta mañana, nos llevó a considerar otra necesidad", explica Angelo Cardinale De Donatis. Esta necesidad es la de sentirse acompañados, todo lo contrario, según precisan, a lo que habían conseguido con el cierre de las parroquias. "El riesgo para las personas es sentirse aún más aisladas", subraya.

"Queridos sacerdotes, confiamos en su sabio discernimiento. Estén muy cerca del pueblo de Dios, hagan que cada uno se sienta amado y acompañado, ayuden a todos a percibir que la Iglesia no cierra las puertas a nadie", añade.

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