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Absit Invidia

Santa Teresa de la Caleta

La empatía misericorde entre Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias es un buen intento, loable diría, de rebajar la crispación, pero desde una artificialidad pasmosa

Publicado: 15/02/2020 ·
12:13
· Actualizado: 15/02/2020 · 12:13
  • Teresa Rodríguez. -
Autor

Pedro García Vázquez

Pedro García es periodista. Director de Informativos de 7 Televisión y Publicaciones del Sur

Absit Invidia

Con la esperanza de ser entendido por lo que pone, y por lo que no. Eso sí, sin ánimo de ofender ni en castellano, ni en latín

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El buenismo se ha instalado en la política, y parece que lo ha hecho para quedarse. En pocas horas, hemos visto a Pablo Iglesias agradecer el tono empleado por Teodoro García Egea en el Congreso después de que el popular le dijera lindezas del tipo: “ha pasado usted de la bici al coche oficial, y de la mochila a la cartera”. Ese mismo vicepresidente Iglesias, que ha puesto en escena un video -poco currado por cierto- con un divino abrazo final a Santa Teresa de la Caleta, cargado de supuesto sentimentalismo, después de que ésta se flagelara en una mezcla de coherencia y realidad.

Esta empatía misericorde entre ambos es un buen intento, loable diría yo, de rebajar la crispación en la cosa pública, pero desde una artificialidad pasmosa, ya que la líder anticapitalista ha cogido la puerta de salida, ésa que le abrió Iglesias. Decía Santa Teresa, pero la de Jesús: “si en medio de las adversidades perservera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor”. Esto no va -al menos de momento- con Pablo y Teresa, pero quienes lo podrían suscribir son Pedro y Susana. Sánchez y Díaz.

Teresa Rodríguez con su equipo en la rueda de prensa.

Ese buenismo que les describo también ha envuelto la relación entre ambos líderes socialistas, hasta el punto de que quienes veían muerta (políticamente hablando claro) a Díaz lo empiezan ahora a dudar. Desde luego, en la política andaluza no hay mejor fórmula de relanzamiento que un entierro prematuro. Que se lo pregunten a Juanma Moreno, a quien ya velaban un 2 de diciembre, y ahora es presidente de la Junta con una oposición en recomposición. No cabe duda de que la fragmentación de la izquierda es una buena noticia para la derecha. Siempre lo ha sido.

La marcha de Antonio Maíllo, una nueva dirección en Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez  y los anticapitalistas buscando una fórmula entre el comunismo y el nacionalismo andaluz, además del permanente debate interno en el socialismo de nuestro terruño hacen que el cesto progresista esté por tejer. Les quedan, al menos, tres años de travesía por el desierto, pero todo pasa y muy rápido porque ya lo decía Santa Teresa de Jesús: “la vida es una mala noche en una posada”.

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