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Desconfianza hacia algunos tratamientos con botox

La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) recomienda desconfiar de los tratamientos estéticos baratos porque el cliente corre el riesgo de que se hagan con productos no autorizados.

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  • Los médicos aconsejan a los usuarios que no se fíen de las operaciones baratas
  • El botox coreano o el Neuronox se adquieren por internet pero tienen efectos secundarios

La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) recomienda desconfiar de los tratamientos estéticos baratos porque el cliente corre el riesgo de que se hagan con productos no autorizados.


Pilar Rodrigo Anoro, presidenta de la SEME, ha declarado a Efe que cuando más cuidado hay que tener es en épocas en las que aumenta la demanda de este tipo de tratamientos, como ocurre antes de las fiestas de Navidad, y en épocas de crisis económica como la actual.


El botox coreano o el Neuronox, que se compra en internet más barato que los fármacos autorizados, puede provocar más efectos secundarios porque la toxina se disemina con facilidad y, además, sus efectos reparadores duran menos.


La doctora Rodrigo ha recordado que no hay que olvidar que la medicina estética “es un acto médico” que debe realizar un profesional titulado en un lugar acreditado, y con fármacos aprobados por la Agencia Española del Medicamento (AEM).


Rodrigo Anoro explica que aunque la AEM tiene aprobados cuatro productos a base de toxina botulínica (botox), sólo uno de ellos, el Vistabel, está aprobado para uso estético, y únicamente para tratar arrugas del entrecejo.


La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) informa periódicamente a los profesionales de los riesgos de los fármacos con botox y de la aparición de reacciones adversas graves relacionadas con la diseminación de la toxina en lugares distantes del lugar en el que se administra.


La toxina botulínica es una neurotoxina, elaborada por la bacteria Clostridium botulinum, que impide la liberación de acetilcolina en las uniones neuromusculares o en otras uniones colinérgicas y produce una denervación parcial reversible de los músculos donde se inyecta o de las glándulas ecrinas.


Personas con trastornos neurológicos o con dificultades para deglutir son las que tiene más riesgo de sufrir reacciones adversas, y por ello no está recomendado emplear la toxina botulínica para usos estéticos en personas con este tipo de antecedentes.


Los médicos deben alertar a los pacientes no sólo de los riesgos que comporta, sino también de que deben acudir al médico si notan trastornos respiratorios, del habla o de la deglución.


Desde la SEME también se ha alertado de los riesgos que tiene un láser aplicado por profesional no médico como alternativa a la depilación con cera, un tratami

ento que ha crecido mucho en los últimos años y que se ofrece en peluquerías y centros de belleza.
Según Petra Vega, secretaria de Láser de la SEME, un láser mal aplicado puede tener graves consecuencias y por ello es importante que el usuario acuda a un centro especializado antes de someterse a este tipo de tratamiento.

El uso incorrecto del láser en manos de personal no médico, según SEME, puede causar importantes secuelas por quemaduras de hasta primer grado, que al principio causarán una hiperpigmentación en la piel, pero que residualmente dejarán una hipopigmentación con la que la piel puede adquirir un aspecto blanquecino, difícil de solucionar si se ha dañado la capacidad del melanocito de repigmentarse.


En este sentido, Petra Vega ha puntualizado que los médicos estéticos no quieren que las esteticistas dejen de depilar, porque siempre lo han hecho, sino que sepan que tipo de luz usan y los efectos que tiene, para lo bueno y para lo malo.


También ha denunciado que a algunos centros de belleza les están vendiendo aparatos de láser muy caros que prometen una acción médica que no tiene, porque los fabricantes no les venden los mismos aparatos que a los profesionales médicos.

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