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Martes 18/06/2024  

Jaén

“La poesía está para vivirla y tiene que llegar a todo el mundo"

Hoy en Cultura VIVA, la poeta Lola Fontecha, coautora del poemario ‘De mar a mar’, su primera publicación

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  • Lola Fontecha. -

Su gusto por la poesía la ha llevado a amar el género desde la niñez y hoy es una mujer que ha hecho de la poesía la realidad de su existencia, siendo su mayor premio poder escribir.

La poeta Lola Fontecha (Melilla, 1965) acaba de publicar su primer poemario, ‘De mar a mar’, junto a su pareja, el poeta gaditano Paco Velázquez, y con este libro, el mar de sal y el mar de olivos se funden. “Mi hijo y mi pareja querían publicar mis poemas para darme una sorpresa, pero no quise que fuera así.  Cuando uno va a tener un hijo (primer poemario)  hay que hacer el amor en condiciones y yo quería vivir todo el proceso”, confiesa.

‘De mar a mar’ suma 34 poemas de su puño y letra, con los que muestra al mundo que “todo es posible”, que “hay que tener cuidado con lo que se sueña, porque se cumple”.

Con prólogo de Juan José Téllez y poemas musicados por los cantautores Alfonso Baro, Jesús Bienvenido, Alicia Herrera, Antonio Flor, José Pedro Jiménez, Paco Luque, Alejo Martínez y Paco Medina; su primer poemario es su “ilusión”.

Con él defiende que “la poesía está para vivirla y tiene que llegar a todo el mundo”. Sus versos hablan de la falta de tiempo, de la vejez, del amor, de la pérdida de un ser querido, y reivindican la libertad y el respeto a la ideología borrada de la memoria en una cuneta perdida. Pero como poeta se inspira en cualquier detalle de la vida, no habiendo nada determinante que le provoque el verso.

Descubrió la escritura a los ocho años. “Mi madre me tuvo siendo mayor y tenía demencia senil. Yo suplía esa carencia escribiendo”, recuerda.

Relatista y apasionada de la fotografía, se expresa como escritora a través de dos blogs, estos son ‘pasoadelante’, donde escribe desde hace diez años; y ‘loladelantedemiobjetivo’, en el que un texto lleva a una imagen. Ha pertenecido a ‘Círculo Ánimas’ y forma parte de ‘Poetas de Ahora’, el grupo literario ‘Oliversando’, la tertulia ‘Puerta Abierta a la Imaginación’ y ‘Fabricando poemas’. Hernandiana de pro, organizó el recital poético ‘En palabras de Miguel Hernández’, con motivo del 75º aniversario de la muerte del escritor.

Su vida como poeta ha sido más activa en Cádiz que en Jaén, a pesar de que en esta ciudad vive desde los cinco años y la ha convertido en una jienense más.

Desde hace poco más de tres años se ha posicionado en el panorama cultural de Jaén, fruto de su inquietud. “En Jaén se podrían hacer más cosas. Hacen falta más personas que quieran dedicar su tiempo por y para la cultura, pues es lo que enriquece. Jaén lo merece”, apunta. La poesía le ha hecho ganar amistades. “Ir de encuentro en encuentro te hace llenar el saco de amistades que te dan la vida cuando te encuentras apagada. La poesía me ha dado la vida”, admite.

Mujer trabajadora, positiva, que quiere sumar a cada proyecto cultural en el que se embarca, huye de la negatividad de la vida, pues ella ve su día a día como una puerta abierta para cruzarla con una sonrisa. “Soy una poeta que dedica su tiempo, ganas, ilusión y vida”, confiesa. De ahí que le duela que la poesía sea un género “machacado” y que de ello tenga culpa el propio escritor.

“El poeta no debe minusvalorarse, pero lo hace, cuando no todo el mundo es capaz de hacer algo (poesía) que mueve el mundo”, valora. Lola Fontecha recita y contagia su pasión por el género. “La poesía me ha dado alas para expresar lo que llevo dentro”, confiesa una poeta que provoca con su voz y la expresión de su mirada. “Disfruto al máximo el momento de recitar. Quiero dar lo mejor de mi. La poesía suma en la vida de las personas. Nos da lo que nos falta. Cuando recitas estás llenando de vida a la persona que te escucha. La poesía es necesaria en el mundo, te acerca a la realidad y mueve los sentimientos”, dice.

“Mi  escenario es cualquier entorno en el que me dejen recitar”, dice. Sin embargo, no siempre es fácil. “Jaén responde poco y hay ocasiones en las que quien acude no para de hablar”, denuncia. Su último recital con ‘Oliversando’ fue en la plaza de San Juan, en un casco antiguo que está “muy dejado”.

Es una poeta que lleva siempre el nombre de Jaén. “Es una ciudad bonita, pero no sabemos venderla. Hay que creerse que es la mejor ciudad del mundo”, apunta, a la vez que lamenta que “está muriendo por una dejadez generalizada”.

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