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Asaja pide la declaración formal de sequía para compensar pérdidas

Los cultivos más afectados son los cereales de invierno con reducciones de cosecha por encima del 30 por ciento, el algodón de secano o el viñedo

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La organización agraria Asaja ha reclamado la declaración formal de sequía para que las administraciones públicas puedan empezar a adoptar las medidas que estimen oportunas con el objetivo de paliar las pérdidas que el sector está sufriendo como consecuencia de una situación que “empieza a ser alarmante”.

Entre estas medidas se incluiría incluso la solicitud a Bruselas de un adelanto del anticipo de las ayudas de la PAC, estimando necesario que el importe de ese anticipo alcanzara el 70 por ciento en lugar del 50 que se ofreció el año pasado.

De igual modo, se piden medidas fiscales como la exención del IBI rústico, rebaja de los módulos aplicables en el método de estimación objetiva del IRPF e incluso indemnizaciones a fondo perdido.

La falta de lluvia ha afectado hasta ahora a los cereales de invierno, con reducciones de la cosecha que sobrepasan el 30 por ciento. Ahora está por ver qué ocurre con otros cultivos, como el algodón o el viñedo, donde ya se da por hecho que no se alcanzarán las cifras de producción de la pasada campaña.

Francisco Guerrero, de Asevi-Asaja, estima que a día de hoy la viña tiene “un 20 por ciento” menos de uva que el año pasado como consecuencia de la sequía.

Y además advierte de que lo mejor que puede ocurrirle a los viñistas es que la merma de la producción no pase de ahí, ya que parece improbable que la cosecha se pueda recuperar de aquí al próximo mes de agosto.

Todo va a depender en buena medida del comportamiento del mes de julio. “Como venga un mes de julio de levante y calor la producción se va a ver bastante mermada, porque la tierra no tiene humedad. Estamos hablando de que la cosecha podría llegar a ser un 40 ó un 50 por ciento inferior a la del año pasado. Teniendo en cuenta los costes y el precio que se paga por la uva, de ser así no sé cuántos viticultores continuarían el año que viene, porque la gente está ya muy aburrida y muchos optarían por arrancar los viñedos”, explica.  

Por tanto, lo “ideal” sería que el verano se mantuviera “fresco” y “con rociadas”, un escenario que permitiría que la uva se conservara “en buenas condiciones”, de modo que, como mal menor, la producción experimentara un descenso “de entre el 15 y el 20 por ciento”, que dada la situación actual, “se daría por buena”.  

El problema que tiene la vid es que una hipotética aparición de la lluvia en estas próximas semanas no supondría ya ningún beneficio para el cultivo, más bien al contrario. “Casi no serían buenas, porque en esta época del año ya lo que pueden caer son lluvias torrenciales e incluso con algo de pedrisco y granizo, y eso haría daño”, advierte Guerrero.

A día de hoy, la uva “no está mal”, aunque en algunos pagos han aparecido el oidio y la polilla de racimo, que merman la producción.

Los pantanos están ahora al 60%

Los pantanos de la cuenca Guadalete-Barbate se encuentran actualmente al 60 por ciento de su capacidad, 15 puntos por debajo del registro que se alcanzaba hace justo un año, según los datos ofrecidos por Asaja.

La organización agraria advierte de que la falta de lluvia ha incrementado los gastos en los cultivos de regadío, ya que ha sido necesario aumentar los riegos; y no ha dejado atrás el incremento de costes que está suponiendo en la ganadería, por la falta de pastos y la necesidad de recurrir a los piensos.

Por todo ello, Asaja pide a la Administración que “tome cartas en el asunto” y empiece a estudiar y tramitar la adopción de medidas. 

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